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Julián Alía
Madrid
Lunes, 30 de diciembre 2019, 00:11
Roberto Leal (Alcalá de Guadaíra, Sevilla, 40 años) vuelve a acompañar este martes a Anne Igartiburu en las campanadas de fin de año. El presentador de 'Operación Triunfo', cuya nueva edición comienza el 12 de enero, se ha consolidado como una de las apuestas de ... TVE para la Navidad, y además de ser el protagonista de 'Telepasión' el día de Nochebuena y de despedir el año desde la Puerta del Sol de Madrid, presenta la gala '¡Feliz 2020!', con más de 60 artistas nacionales e internacionales.
-Se ha convertido en una de las caras más representativas de la Navidad de TVE.
-Este año ha tocado así. Es verdad que el año pasado fue igual, pero yo en 'Telepasión' no tenía un papel protagonista. Cada año se reparte un poco el protagonismo; el año pasado fue Elena S. Sánchez, el anterior Anne (Igartiburu). Tampoco somos tantos, así que este me ha tocado a mí. Estoy muy contento, la verdad.
-¿Y cómo se sobrelleva toda esa carga de trabajo en estas fechas?
-Los especiales se llevan mejor porque están grabados, aunque las campanadas, a día de hoy, siguen siendo un regalo. No sé cómo serían cuando llevase 20 o 30 años, ni si llegará, pero de momento me parece algo muy bonito y me organizo bien. Mi familia se va a Extremadura y yo me quedo en Madrid, compartiendo la noche con Anne Igartiburu, que para mí es un lujazo, y me vuelvo al día siguiente.
-¿Qué hace ese día?
-Nos citan bastante tempranito, aunque yo voy todavía más temprano. Alberto Chicote, que es compañero y las da en Antena 3, hace una comida muy chula para los presentadores que quieran ir a su restaurante. Mi rutina es ir allí, estar con él, con Cristina (Pardo), y con quien quiera acudir. El año pasado fuimos los tres y para mí fue muy especial. Era mi primer año, y llegué tan temprano que había técnicos que todavía no estaban. Te pasan el contenido y la estructura de guion una semana antes, y tampoco tiene mucho más.
-¿De qué hablan en esa comida?
-Con Alberto tengo amistad de hace tiempo. Hablamos de todo: de la tele, de la vida, de 'Star Wars'. De lo que menos hablamos realmente es de las campanadas, porque al final cada uno va allí a hacer su trabajo.
-¿Y cuándo se come las uvas?
-Yo era tan inocente que creía que te las comías en el momento. Pero, para empezar, eran unas uvas que parecían cocos, así que era imposible. Y Anne me dijo que quedaba raro. Es cierto que en TVE no se dice: 'Una, dos.', sino que van saliendo en pantalla, pero no queda limpio. Se comen justo luego. El año pasado me las comí con las campanadas de Canarias.
-¿Cómo recuerda las campanadas del año pasado?
-Es algo que se te pasa volando. Es verdad que son catorce o quince minutos, no más, y acostumbrado a hacer mucho directo te parece que está chupado, pero es el directo. Mi preocupación el año pasado era no meter la pata, pero con la experiencia que tiene Anne y lo bien marcado que está todo, sabía que iba a ser muy divertido. Las viví con nervios y no quiero perderlos este año, pero ahora sé a lo que me enfrento y el sitio en el que estoy.
-Los hombres suelen arriesgar menos con el traje.
-Yo no tendría ningún problema, pero prefiero que se luzca ella. Pretendo ir elegante, guapete. El traje de este año tiene un toque distinto, pero no va a dar la nota. No me lo he planteado. En este caso, me gusta dar un paso atrás. Si aparezco con un traje amarillo la gente diría: 'Este se ha venido arriba'.
-¿Qué recuerdos tiene de la Nochevieja?
-Sobre todo tengo los de la adolescencia, cuando salía. Esas en las que a lo mejor pagabas 30 euros por una fiesta que duraba tres o cuatro días, y que parecía que me iba en 2001 y que volvía casi en 2003 (risas). Las recuerdo en mi pueblo, en Alcalá de Guadaíra. Eran fiestas que hacíamos en locales enormes, con amigos, música, con mucha exaltación de la amistad. Desde entonces no he vuelto a ir a cotillones ni fiestas. Ahora lo celebro en familia.
-¿Es cierto que esta edición de 'Operación Triunfo' va a ser más seria?
-Estamos haciendo tele y hay que incentivar un poco el 'show'. A mí nadie me ha dicho que tenga que coger el látigo. Creo que es un formato que da mucho de sí y al que los cambios le pueden venir bien. Yo tengo las preguntas por guion, y luego improviso según lo que me responden, pero nadie me dice que pregunte algo con mala idea. No podemos perder de vista lo que pasa en la academia, y que eso hay que llevarlo a las galas; nos faltó algo de eso el año pasado.
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