Manuel Summers

La crítica le ponía a parir y recordaba sus prometedores inicios, con las estupendas 'Del rosa al amarillo', Concha de Plata en el Festival de San Sebastián en 1963, y 'La niña de luto'. Summers se sintió ninguneado por la administración socialista y denunció que no recibía subvenciones porque el suyo era un cine popular. Hasta escenificó el entierro del cine español a las puertas del Ministerio de Cultura en compañía de Hombres G.

El documental que 'Imprescindibles' ha dedicado al autor de 'Juguetes rotos' (disponible en RTVE Play) no es nada complaciente ni hagiográfico. Y eso le honra. Manuel Summers era un humorista que acabó enfadado con todos: con los críticos, con el Gobierno y con el resto de directores. Parecía llamado a ser uno de los grandes nombres surgidos del Nuevo Cine Español a finales de los 60, pero terminó siendo uno de los realizadores más populares, que primero sufrió la censura franquista y después los excesos de la 'ley Miró', que apostó por un cine de autor alejado muchas veces de los gustos del público.

Hijo del gobernador civil de Sevilla, Summers se fogueó como dibujante en 'La Codorniz' y 'Hermano Lobo' y en sus mejores películas demostró un agudo sentido de la observación y capacidad para inundarnos de emoción y ternura.