Julia
CRÍTICA DE TELEVISIÓN ·
El primer programa la pasada semana -con una entrevista al pequeño Nicolás-, en torno a Uri Geller y su irrupción en la televisión de los 70, funcionó como un cañón logrando audiencias ya olvidadas en TVECRÍTICA DE TELEVISIÓN ·
El primer programa la pasada semana -con una entrevista al pequeño Nicolás-, en torno a Uri Geller y su irrupción en la televisión de los 70, funcionó como un cañón logrando audiencias ya olvidadas en TVEEs un valor seguro, por lo que no se entiende que TVE haya dejado pasar tanto tiempo en rescatarla para la pantalla. Me refiero a Julia Otero y a sus 'Días de tele'. El primer programa la pasada semana -con una entrevista al pequeño Nicolás-, ... en torno a Uri Geller y su irrupción en la televisión de los 70, funcionó como un cañón logrando audiencias ya olvidadas en TVE.
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El de esta segunda semana, denominado como el día en que los jóvenes por fin triunfaron, ha bajado, quizá porque 'Operación triunfo' está demasiado reciente o por lo mucho que se ha abusado del espacio. También porque en el primer programa llevaba un ritmo muy rápido, y en este segundo ha disminuido algo, sobre todo en los primeros minutos. Según los avances de TVE el próximo martes no habrá programa (veremos si es verdad, porque nunca hay que fiarse de los avances que proporcionan las cadenas), pero puede ser un buen momento para tomar nuevo impulso. Julia Otero lo merece.
'Días de tele' toca muchos palos: la nostalgia, aunque en el primer programa lo negaron, la música, la cultura, la educación, el consumo..., pero solo parcialmente. Son muchas cosas para permitir que al que no le guste una se quede con la que viene después, y está realizado de forma elegante. En esto de recuperar acontecimientos históricos, grandes eventos y momentos únicos vistos a través de la televisión, cuanto más lejanos en el tiempo mejor.
En el segundo programa un invitado se refirió al 'Un, dos, tres' de Kiko Legard, puntualizando que no al de Mayra Gómez Kemp, y lo ilustraron con imágenes de esta última porque de Kiko solo se conservan escasos minutos. ¡Cuanto daño hizo aquella orden de que, para ahorrar, se reciclasen cintas ya grabadas privándonos de auténticos tesoros!
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