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Julián Alía
Madrid
Miércoles, 22 de abril 2020, 00:31
«Con paciencia, como todos los demás», vive Jorge Cadaval (Sevilla, 1960) el confinamiento. En Sevilla, donde la situación no es tan «'heavy'» como en otros sitios, y alejado más tiempo que nunca de su hermano menor y compañero cómico, César, con quien formó Los ... Morancos hace más de 40 años. Es el encargado de presentar en solitario, algo inédito en su carrera, la nueva temporada de 'El paisano', que esta noche a las 22:05 horas estrena La 1.
–¿Qué le gustó del formato?
–Yo soy una persona muy de barrio, de hablar con los míos, con mis vecinos… Me pareció un programa muy cercano, muy blanco, y eso me encanta. No había trabajado solo nunca, me pareció algo distinto y firmé cuatro programas. Ha sido una experiencia maravillosa. Me he encontrado gente muy peculiar y variopinta. Es un país estupendo el que tenemos.
–¿Es casualidad que haya un presentador por temporada?
–Lo que pasa es que te ocupa mucho tiempo. Yo tenía todo firmado de teatro a partir de marzo y no podía estar en el programa cinco días. Por eso, firmé cuatro entregas. Dije que si querían más, las tendría que hacer con mi hermano. Cuando tienes otros trabajos no puedes estar tantos días fuera.
–¿Y cómo le fue sin él?
–Era un reto que también me puse yo. La gente de producción me ha dicho que lo he hecho muy dignamente, muy bien, pero yo, personalmente, la falta de mi compañero de toda la vida la notaba. Aunque fue sobre todo al principio, luego cogí confianza y ya quería más. Estoy preparado para una guerra, vamos.
–Suben vídeos a YouTube.
– Sí. Hablamos mucho, obviamente, y pensamos en hacerlo, cada uno en su casa. Luego, o lo monto yo, o se lo dejo a un sobrino mío que es un fenómeno. Pero vamos, lo que hemos hecho hasta ahora tampoco es para que digas: 'Hostia, esto está…', porque los hemos hecho cada uno con una camarita de teléfono.
–¿Había estado alguna vez tanto tiempo separado de su hermano?
– Nunca. Ni de mi hermano ni casi de mi familia, quizá por trabajo. Yo tengo un contacto directo con los míos muy fuerte y me gusta estar cerca de ellos siempre. Es difícil. El confinamiento es una cosa distinta a todo lo anterior, y con la incertidumbre, porque como no hay una información veraz de nada, no sabes lo que hay… Y tampoco en cuanto al trabajo. Yo tenía firmado teatro en Barcelona hasta junio, que se había vendido todo el Coliseum. Después, un montón de bolos, y en octubre se supone que entro en Madrid, pero no sé si se va a poder, porque, según tengo entendido, los que nos dedicamos a esto hasta Navidades no vamos a poder volver. La cultura está, como se suele decir, un poquito fuera de todo.
–Siempre ha dicho que los seis hermanos eran graciosos. ¿Por qué los cómicos son ustedes?
–Eso digo yo. Yo iba a estudiar Veterinaria, pero un día fui a ver a mi hermano a un pub. Allí, hice una apuesta con el dueño, porque me quedé con él, y el tío me dijo que si lo repetía en el escenario, me daba 500 pesetas. Le eché cara y salió bien, así que empecé a actuar todos los fines de semana con mi hermano.
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