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Las islas son escenarios recurrentes en televisión. Da mucho juego eso de encerrar a gente cuanto más problemática mejor en un espacio reducido y sin escapatoria. O si no, digánselo a los 'Perdidos' de J.J. Abrams. Ahora a los pensadores que tiene en nómina ... Mediaset les ha dado por cavilar: como 'Gran Hermano', 'Supervivientes' y 'First Dates' funcionan de maravilla, han retorcido las tres historias, las han batido bien y han sacado de la chistera 'La isla de las tentaciones'. Un cóctel agitado cuya inspiración bebe del 'Confianza ciega' que hace casi veinte años emitió Antena 3 con gran éxito. Aún resuenan aquellos «Jo, tía, Nube...» de la recordada Carolina. Hay cosas que veinte años no pueden borrar de la memoria. Ni cien podrían.
Dejando atrás el pasado, Mediaset estrenó el jueves este nuevo-viejo 'reality' que consiste en separar a varias parejas (en Antena 3 fueron tres, más una que abandonó; en Telecinco son cinco, todo bien engrasadito) y colocar a los varones entre un nutrido grupo de esculturales solteras y, por otro lado, llevarse a las novias a un hogar de seducción masculina entre atentos adonis y musculados efebos.
Comprenderán que la gracia está en ver si alguna de las duplas no tan anónimas (las hay formadas por exgranhermanos, extronistas y demás fauna de Mediaset) da el campanazo y se atreve con la tentación. Para fomentar las desavenencias parejiles, el programa alimenta las dudas de los interesados con tácticas de lo más puñeteras: planes románticos con los aspirantes, confesiones cortadas con mucha mala leche e imágenes presuntamente subiditas de tono. El resto es historia. Y drama.
Conduce el formato la cantante Mónica Naranjo, que por lo visto ha cuajado con 'Mónica y el sexo'. Completa la propuesta un debate semanal con Sandra Barneda, además de la previsiblemente machacona ronda diaria en los demás espacios del grupo. Resta por comprobar si las presentadoras actuales arrojan tanta (grandiosa) malicia en sus comentarios como en su día soltaba Francine Gálvez en sus intervenciones estelares, que en el 2002 mutó la seriedad del Telediario por presentar la tronchante 'Confianza ciega'. Entonces fue una elección magistral. Para todos, salvo para los cornudos implicados. Ahora habrá que esperar. Y confiar.
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