No me va mucho 'Planeta Calleja'. No es que no vea las cualidades del leonés como presentador de todo tipo de formatos. Al contrario, Jesús Calleja es un tipo listo, inquieto, curioso y cercano, un aventurero que sabe sacar oro a sus entrevistados, ya sean ... celebridades o personajes anónimos, mientras les lleva a hacer expediciones o les sube a su helicóptero para mostrar la belleza de sus pueblos.

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Pero, en general, los programas que conduce en la actualidad, 'Planeta Calleja' y 'Volando voy', me generan cierto rechazo. ¿La razón? Que uno aguanta el azúcar hasta cierto punto. El buen rollo que domina la conversación, las confesiones a cámara 'del todo inesperadas' y las escenas de constante superación acaban empachando.

Por eso el lunes pasado me sorprendí tanto con el inicio de la nueva temporada de 'Planeta Calleja'. Admito que fui hacia la luz, cual mosquito, porque entre los dos invitados del espacio estaba Inés Hernand y la polémica de sus «eres un icono» y «presi, te queremos» a Pedro Sánchez, en la gala de los Premios Goya, estaba reciente. Y de pronto me encontré con un programa brillante. Titulado 'Misión a Marte', convirtieron al actor Félix Gómez y a la presentadora en astronautas de un hipotético viaje al planeta rojo. Los dos convivieron durante cinco días en una base que 'simulaba' las condiciones marcianas en una cueva. Y, mientras Calleja daba instrucciones en Tierra y tres expertos analizaban la jugada y la ponían en contexto con misión real a Marte, Félix e Inés tuvieron que hacer de todo: desde resolver pruebas matemáticas, hasta realizar expediciones para encontrar vida, pasando por plantar lechugas. Hubo tiempo también para profundizar en sus vida, pero viendo cómo se desempeñaban en la convivencia ni siquiera era necesario.

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