Jorge Javier Vázquez regresaba el lunes pasado a Telecinco, 117 días después de dejar 'Sálvame', para estrenar 'Cuentos chinos', un programa destinado a competir con 'El hormiguero'.

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Con un cuerpo de baile que remitía a otras épocas televisivas y un plató rojo -y esto tiene ... doble lectura- enorme de más de 1.000 metros cuadrados, Vázquez reapareció más delgado y ataviado como Kim Jong-Un. A buen seguro, será un 'gag' recurrente eso de hacer las veces de líder al que los cuentistas -colaboradores- rindan pleitesía durante un programa vertebrado en torno a una entrevista.

La del lunes fue al amado líder y se la hizo su primera cuentista, Susi Caramelo, artífice también de la sección más divertida del estreno: la visita a la casa del arquitecto Joaquín Torres. Más allá del ego que Vázquez gasta, tenía cierto sentido que explicara por qué se había alejado de las cámaras durante tanto tiempo. Habló de una subida de tensión que lo había llevado a Urgencias, momento en que decidió parar. Pero también trató la cancelación de 'Sálvame': «Fui capaz de saber exactamente qué ocurrió y quiénes participaron para que eso sucediera. No olvido, pero tengo que decir que vuelvo sin ningún tipo de ánimo revanchista». Toma.

El problema es que a partir de ahí el espacio fue perdiendo fuelle, en parte por unas secciones sosas -la de Anabel Alonso es una suerte de 'Zapeando' tristísimo-, en parte porque trataron de incluir demasiadas -¿qué va a hacer Celia Villalobos?-.

En cuestión de números, la cosa salió rana pues 'El hormiguero' anotó un 19,1%, muy lejos del 9,4% de 'Cuentos chinos'. Sin embargo, la que Jorge Javier Vázquez comenzó el lunes debería ser una carrera de fondo. Ahora falta por ver si Mediaset le concede tiempo.

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