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A Telecinco el año 2022 se le está atragantando. Acostumbrada durante años -una década para ser exactos- a liderar las audiencias televisivas en España en los últimos meses su parrilla no logra los resultados de antaño, lo que ha propiciado la mayor crisis a la que se ha enfrentado la cadena. Porque el problema no es solo que algunos programas no le funcionen como deberían sino que el modelo en el que está basado su negocio da inequívocos signos de desgaste. Y no parece que tengan un plan B para contraatacar.
Antena 3 ha aprovechado este agotamiento y ha rentabilizado una programación más asentada para encadenar seis meses de liderazgo frente a su rival, que firmó el mes pasado el peor dato en abril de su historia. La pelea en mayo va más ajustada, porque la llegada de 'Supervivientes' ha otorgado algo de oxígeno al canal de Mediaset, que ocupa con este 'reality' franjas de hasta seis de sus noches. Esta circunstancia demuestra la dependencia de la cadena en un solo formato, lo que evidencia todavía más su debilidad.
«Telecinco se ha empeñado en hacer un único tipo de televisión focalizada en el conflicto, que le ha sido rentable hasta ahora. Ha armado su parrilla con un montón de espacios similares, con los mismos protagonistas, los mismos contenidos y hasta la misma escenografía. Y la audiencia se ha cansado», explica Javier Mateos Pérez, investigador postdoctoral de la Universidad Complutense de Madrid.
Este cansancio se manifiesta en la pérdida de eficacia de 'Sálvame' y sus derivados, que ya no pueden con las telenovelas turcas, con las repeticiones de 'La Ruleta de la Suerte' o con concursos como 'El Desafío'. También en la irrelevancia de 'Secret Story', un sucedáneo de 'Gran Hermano' que en otros tiempos hubiese alimentado horas y horas de programación. Por no hablar de la falta de tino con apuestas como 'Déjate querer' o 'Ya son las ocho', que son más de lo mismo pero con distintos nombres.
«Cuando 'Sálvame' empezó a rendir menos lanzaron 'Sálvame Lemon Tea', que no variaba en nada al anterior. No entiendo cómo no son capaces de aportar algo nuevo. Telecinco se ha concentrado además en un sector de público muy concreto, que va entre la franja de edad de los 30 y los 45 y personas mayores, sobre todo mujeres, y cuando han empezado a fallarle no tienen reemplazo», señala Mateos Pérez.
En este último apunte se pueden hallar algunas claves de la fortaleza de Antena 3. «Presentan una dieta de contenidos más variada, pensando en una audiencia generalista de todas las edades», argumenta el profesor de Periodismo y Comunicación Global de la Complutense. En esta misma línea se manifiesta su compañera, profesora del Departamento de Periodismo y Nuevos Medios, Graciela Padilla Castillo: «Antena 3 hizo muy bien dejando de imitar a Telecinco y pensando en innovar. Se dirige a todos los públicos, no ha tenido problema en cancelar lo que no le funcionaba e ir cambiando hasta acertar, así como apostar por los programas familiares y los culebrones».
Telecinco no supo valorar el potencial de las telenovelas otomanas. La cadena de Planeta le tomó la delantera y les ha sacado mucho partido, tanto en el 'prime-time', con éxitos como 'Mujer', 'Mi hija' o 'Infiel', como en la tardes con 'Tierra amarga'. En la recámara cuenta con varios títulos que han triunfado en su país de origen. Ya anuncian 'Hermanos', cocinada con similares ingredientes que las anteriores que tanto gustan a la audiencia: conflictos familiares, dramas y amores controvertidos. «Los melodramas gustaban antes y ahora. Antes el público estaba enganchado a los de la telerrealidad, que también tenían guion, y ahora a los de las series turcas», reflexiona Mateos Pérez.
Los aciertos de Antena 3 para conquistar a la audiencia han sido progresivos. Igual que los errores de Telecinco. Uno de los más mayúsculos fue dejar marchar a 'Pasapalabra', concurso más visto de la tele en España que logra cifras de otras épocas cada tarde e impulsa a los programas que le suceden. Otro error fue abandonar la pelea de los informativos, que han sabido aprovechar las emisoras de Planeta. La Sexta lo ha convertido en su seña de identidad. Antena 3 Noticias lleva 28 meses de liderazgo ininterrumpido.
«Si hay un espacio que los espectadores identifican con la televisión en abierto son los noticieros. En las plataformas se puede encontrar series y otro tipo de contenidos de entretenimiento pero para conectarse a la actualidad se recurre a los canales tradicionales». Se incorpora a la conversación Judith Clares, profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya. «Exceptuando la final de la Copa del Rey en la lista de lo más visto del mes pasado se cuelan varias ediciones de Noticias de Antena 3. En marzo las emisiones con más audiencia también fueron informativos. Habrá influido la guerra de Ucrania. Y en los años anteriores, el covid. Había mucha demanda de información», añade.
Merece la pena detenerse a analizar el modo en que la pandemia ha influido en los cambios de costumbres y afinidades de los telespectadores españoles. «Es probable que después de meses complicados por el coronavirus prefiramos ver contenidos alegres, que busquemos una tele más blanca y limpia. El consumo siempre se adapta a nuestras necesidades y al estado anímico», indica Graciela Padilla. Javier Mateos recuerda el auge de las plataformas de pago a propósito de los confinamientos. «Esto ha acostumbrado a un sector del público a administrarse los contenidos en función de sus rutinas. Antes éramos espectadores cautivos, ahora todos queremos ser nuestros propios programadores».
Existen otras cuestiones que no juegan a favor de Telecinco y que complican que puedan recuperar su trono, si persiste en su forma de hacer televisión. El canal principal de Mediaset se enfrenta a varias causas judiciales. La más mediática, la del presunto abuso sexual que sufrió Carlota Prado en 'Gran Hermano'. Hasta que no se resuelva es complejo recuperar esta marca sin generar polémica. Luego está la 'Operación Deluxe', que investiga la revelación de datos privados por parte de un policía amigo de un colaborador de 'Sálvame' y en el que estarían más de 140 famosos perjudicados. «Este caso puede repercutir en la audiencia por la falta de ética. Es probable que el espectador empatice con el personaje al que se ha espiado y rechace estas prácticas. Es algo que a nadie le gustaría que le hicieran», argumenta Graciela Padilla.
Judith Clares pone el foco en los nuevos hábitos de gran parte de la población, en la dificultad de mantener la atención durante mucho rato en un mismo contenido, en el consumo de obras más cortas. En tiempos de vídeos de youtube, reels de instagram y tiktok de las galas, los debates larguísimos parecen caducos. Y luego está la importancia de la conversación social. «Telecinco siempre ha buscado el ruido mediático, que se hablase de lo que sucede en sus espacios, estar presente en el murmullo colectivo. Había mucha gente que no veía sus programas pero se acababa enterando de lo que pasaba», razona Mateos.
Hubo un tiempo en que las controversias en la casa de Guadalix de la Sierra, los belenazos y el grito de «Estefaníaaaaaaaa» se incluían en cualquier charla. A Telecinco cada vez le cuesta más esa repercusión con sus temas. La última vez fue con el caso de Rocío Carrasco, que se ha alargado también hasta el desgaste. «La audiencia puede acompañar una causa, pero cuando detecta que hay un beneficio económico detrás la abandona», matiza Padilla.
La crisis de la cadena principal de Mediaset ha provocado la pérdida de liderazgo de todo el grupo, que volcaba todos sus esfuerzos en un solo canal. En eso también se diferencia de Atresmedia que ha diversificado su negocio, dando entidad a todas sus cadenas y reforzando su plataforma de pago, ATRESplayer, que ya planta cara a Movistar, HBO y Netflix.
M. Labastida
La tele lineal no está muerta, pero deberá adaptarse a los nuevos tiempos. Su consumo volvió a bajar en España en abril de 2022, con 197 minutos por persona y día. Esto es 32 minutos menos que en el mismo periodo del año anterior. «En eso la radio ha sido más rápida y se ha reinventado con los podcast. La tele ha de hacer algo similar. Innovar no es que un programa tenga twitter, hay que ir mucho más allá», afirma Graciela Padilla. También ésta explica que las plataformas de pago miran a ese otro tipo de televisión para expandirse. «Netflix ya ha lanzado en Francia su primer canal lineal. Eso llegará a España y es probable que el resto de plataformas le imiten».
Es común que los usuarios se quejen de la excesiva oferta en los catálogos y del tiempo que pierden escogiendo lo que van a ver. Ese tipo de programaciones hace más fácil la experiencia del espectador, ofreciéndole siempre la alternativa de poder disfrutar de cualquier contenido a cualquier hora. Cadenas tradicionales y las más nuevas deben aprender las unas de las otras y de ese aprendizaje dependerá su supervivencia y futuro.
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