Televisión | Una riojana en El Conquistador

Azu y su equipo salvan la primera bola de partido

Para aquellos que no han visto 'El Conquis', aquí va una explicación de la prueba del cerdo. La razón del nombre está clara: el protagonista es un gran cochino, guarro o como quieran llamarle abierto en canal y colgado de la cabeza. A su alrededor, millones de moscas y delante, tres grandes barreños repletos de vísceras y de la sangre extraída al animal, de cuerpo presente. Un escenario digno de una película de terror en el que los participantes tenían que completar dos fases.

La primera es una versión 'gore' del juego de pasarse el hielo de una boca a otra. Aquí lo que pasa es sangre, la sangre del cerdo. Los concursantes acudían al barreño, cogían la sangre con su boca y la depositaban en la boca del capitán. Este a su vez la echaba en una probeta y aquel equipo que llegaba a una marca primero podía empezar antes la segunda parte del juego. Los rojos fueron los más rápidos, pero cuando ya habían hecho el trabajo les abordó un giro inesperado de los acontecimientos. La probeta con la sangre se fue al suelo y los de Cesc Escolà quedaron eliminados.

La lucha se quedaba entre los verdes, con la riojana Azu jugando un papel importante, y los azules. La segunda mitad de la prueba consistía en ir arrancando con la boca las partes del cuerpo del cerdo y aquel equipo que lograra transportar, también con su boca, más cantidad de carne ganaba. Los azules se llevaron el triunfo, se fueron al campamento rico y se libraron de las nominaciones y las verdes veían cómo su futuro se complicaba. Si pierden a una componente más, las Atabey se extinguirán, desaparecerán como equipo y eso era algo que todas querían evitar. Y una de ellas iba a tener que ir al desafío final, con los riesgos que eso implica.

Mientras en el equipo rojo, el día se pasaba entre discusiones por ver quién había tirado la probeta, en el azul el ambiente transitaba entre comilonas, cervezas y la alegría por haber ganado el juego y los rifirrafes entre Finito y Keroseno (este último sigue sin dejar títere con cabeza) y sus compañeros. ¿Y las verdes? Las verdes bastante tenían con elegir a la persona adecuada para hacer el desafío y no extinguirse. Joana, la más fuerte para las compañeras y la capitana, dio un paso al frente. Ella iba a ser la elegida.

La Atabey iba a medirse a los gemelos Daniel y Miguel Oury y a Guyo, el más polémico de los rojos. El último se iba para casa y la prueba consistía en desenredar una cuerda situada entre las ramas de un manglar y después volver a enrollar esa misma cuerda, ya sin líos, en el tronco de un árbol. Los gemelos lo hicieron todo perfecto y quedaron los primeros. Salvados. La pelea estaba entre Joana y Guyo y la Atabey fue la más rápida. Segunda y su equipo continúa vivo. Heroína. Guyo, sin embargo, se iba para casa, algo que en algunos componentes de su grupo, lejos de causar pena, provocó felicidad.

Cuando Joana volvió al campamento, la alegría en la playa se desbordó. Incluso los ojos de Azu vieron brotar alguna lagrimilla de emoción. No era para menos, las verdes siguen vivas y la riojana continúa con paso firme en su objetivo de alcanzar el premio final. Primer 'match ball' salvado. El cerdo que presidía la primera prueba de la noche no puede decir lo mismo.