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Cuenta Francisco Ramos, el padre de la valenciana Blanca Paloma, la representante de España este sábado en el festival de Eurovisión, que llegó un día en que tuvo que comprar dos micrófonos porque Blanca y su hermana Sara, de muy niñas, se peleaban por él cuando jugaban en el cuarto de la música que tenían en casa. Así que resolvió el problema adquiriendo un dispositivo para cada. El conflicto se acabó, no hubo más peleas y así las pequeñas podían seguir interpretando múltiples canciones en esa estancia del piso que el progenitor había destinado a la música. En ella había una guitarra, un piano, el equipo de sonido, muebles bajos y se había enmoquetado por completo para convertirse en una especie de oasis en el domicilio. Todo porque Francisco, profesor de sevillanas aunque bombero de profesión, no podía vivir sin la música.
Ese fue el germen de lo que hoy puede hacer que Blanca Paloma conquiste Europa en lo musical o, intente al menos, repetir el 'chanelazo' del año pasado, cuando Chanel y su 'SloMo' se quedaron con el bronce. Pero esta es sólo una pequeña muestra de que la artista nacida en Elche, que en apenas unas horas se subirá al escenario del M&S Bank Arena de la ciudad británica de Liverpool para intentar que su 'Eaea' permita a España hacerse con el micrófono (casualmente) de cristal, estaba llamada a triunfar en el mundo de la canción.
Lo relata su progenitor a este diario en una especie de viaje en el tiempo para recordar los orígenes de la artista. La pequeña Blanca, micrófono en mano, se pasaba horas y horas cantando en las escaleras de la vivienda. «A la hora que fuera, su forma de jugar era cantando», dice Francisco. Tanto es así que en ese cuarto de la música comenzó a desplegar su talento. «Teníamos un karaoke, ella cantaba los temas de La Oreja de Van Gogh», asegura el padre de la artista. Tampoco se olvidaba del baile, en el que ya daba muestras de destreza. Pero, aunque parezca lo contrario, la niña Blanca nunca manifestó que quería ser cantante.
Al contrario que su hermana Sara, que en la actualidad se dedica a la lírica y que siendo pequeña ya pidió a sus padres que la llevaran al casting de Eurojunior para intentar representar a España en el certamen infantil (junto a las chicas Úrsula y María José estuvo a punto de lograr llegar para cantar en nombre de España), Blanca siempre mostró su predisposición por el arte. «Era tan perfeccionista que a veces tenía que ir a su habitación a apagarle la luz y decirle que ya estaba bien, que dejara lo que estaba dibujando y se fuera a la cama», afirma. Y es que lo de la música era más un 'hobby', una afición que llevar a cabo en ese cuarto de la música. «Lo suyo era el arte, sacaba todo sobresalientes. Yo sabía que mi hija cantaba muy 'entonadita', pero de ahí a ver la potencia de voz que tiene...», narra entre risas. Y es que no fue hasta hace muy pocos años cuando la ya joven Blanca dijo eso de «papá, quiero ser artista». «A los veintitantos años decidió apuntarse a una escuela de Madrid para dar clases de cante y baile flamenco. Sólo le dije que no sabía de dónde iba a sacar el tiempo. Llevaba dos escenografías de dos obras de teatro entre manos, daba clases de plástica y se cogía la bicicleta para cruzar Madrid y encima quería asistir a la escuela. Pero ella es muy disciplinada, con mucha fuerza de voluntad, las horas del día se le quedan cortas», cuenta.
Así fue, y de ahí toda la historia que se saben al dedillo los 'eurofans' de Blanca Paloma a la que el recuerdo de su 'iaia' Carmen, que cantaba flamenco y era, según su propio hijo, «el alma de todas las fiestas», dice Francisco, le encaminaron a dedicarse por completo a la música. «Ha estado en varios grupos, trabajando mucho. Está muy 'baqueteada' y eso se nota en el aplomo que demuestra», asevera el orgulloso padre. Dice, además, que están muy contentos con la reivindicación que hace de la abuela, un tributo «que extiende a esas mujeres que han trabajado toda la vida», comenta Francisco, hijo de Carmen. Y con el recuerdo de la 'iaia' Carmen -que le cantó en su comunión-, de esos pinitos en el karaoke y de un padre que enseñaba sevillanas -«las baila muy bien», según Francisco-, Blanca Paloma inició su carrera musical.
La semilla estaba, en ese cuarto de la música, en esos juegos con su hermana y en esas canciones de La Oreja de Van Gogh que interpretaba Aunque también la gimnasia rítmica y lo relacionado con la escena. Por ello, cuenta Francisco, cuando llegó la hora de pensar en el futuro, Blanca apostó por las Bellas Artes. «Al principio le dijimos que era una carrera que no tenía muchas salidas laborales. Pero ella insistió en que quería dedicarse a ello y desde el principio la apoyamos», afirma. Comenzó con la universidad y vio en la escenografía la forma en la que expresar sus inquietudes plásticas. Trabajó en los espectáculos de varias compañías, demostró su pasión por el arte y la escena y dio el que para muchos es un paso natural hacia el mundo de la canción.
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La ilicitana aspira a conquistar a los más de doscientos millones de personas que seguirán Eurovisión este sábado. Adquirió el privilegio y, por qué no decirlo, la enorme responsabilidad de representar a todo el país en el festival. Lo hizo en la pasada edición del Benidorm Fest. Allí ganó el billete directo a Liverpool. Ya lo había intentado en 2022. Participó en el certamen alicantino con 'Secreto de agua' pero no lo logró. La segunda oportunidad fue la vencida.
A pocas horas de poner toda la carne en el asador para ganar Eurovisión, es inevitable pensar en esa niña, ya convertida en mujer, «para la que no hay horario ni barrera» que impida que luche por sus sueños. «Es tan metódica y perfeccionista que, sin embargo, lo tiene todo muy claro. Ya quede en muy buena posición o en los últimos puestos, no se está haciendo ilusiones excesivas. No se ha creído nada. Si yo la viera muy ilusionada con el triunfo, pensándose que es la mejor, estaría preocupado. Pero sé que ella está igual que nosotros. Nos conformamos con que lo haga igual que en la última 'pre party' de Eurovisión que se hizo en Madrid. Estuve allí y actuó increíble. Eso es lo importante», señala el padre.
La familia está ya en Liverpool para apoyarla. El padre, la madre y su hermano estarán este sábado en el auditorio. Con ellos, veinte familiares cercanos han viajado a la ciudad, aunque se quedarán fuera porque no han conseguido entradas. Pero eso es lo de menos, dice, porque Blanca ya ha ganado. «Los balcones de medio Elche están engalanados con su foto y la bandera de España. Todo el mundo me pregunta por ella. Y el lema que se puede leer es 'Blanca ya has ganado'», relata un progenitor que, quizás, es muy responsable de la pasión por el cante de una artista, valenciana además, que pugna por ganar Eurovisión. Un largo camino el recorrido por esa niña que peleaba con su hermana por el micrófono. Hoy lo hará por enamorar a toda Europa con su arco, su flecha y su 'Eaea'.
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Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
Sergio Martínez | Logroño
Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
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