Borrar
Máximo Huerta, en un céntrico café madrileño. José Ramón Ladra
El afrancesado que ama el silencio

El afrancesado que ama el silencio

La semana de Máximo Huerta ·

Después de su efímero paso por el Consejo de Ministros, da los últimos toques a su octava novela. El presentador de TVE profesa devoción por su madre. De buen yantar, adora el olor a lavanda

Domingo, 1 de marzo 2020, 00:59

Cuando le nombraron ministro de Cultura hace año y medio, la tropa periodística se puso a indagar en sus redes sociales y sacó en claro fueron dos cosas: que no tenía ni idea de fútbol, cosa por lo visto imperdonable, y que el calor le ... aplatana. Pero Máximo Huerta es mucho que eso. No tiene nada de indolente y es un hombre de contrastes. Le fascina Cézanne, Patrick Modiano, la zarzuela y el lomo de orza. Es un animal televisivo que apenas ve la tele y que no tiene la más mínima idea de cómo resintonizar los canales ante el segundo apagón de la TDT. Para mayor desconcierto, es creyente. «He asistido a más misas que nadie en este mundo. Si las juntara todas, tendría para tres vidas».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja El afrancesado que ama el silencio