ABSORCIÓN ANAL

No me quiero imaginar el revuelo que se habría originado si en la televisión de hoy en día le hubieran propuesto a algún escritor que realizase una absorción de agua vía anal en directo. Lo hizo en los años 80 Javier Gurruchaga en TVE con el Nobel Camilo José Cela después de que este hubiese fanfarroneado de sus habilidades en una entrevista previa con Mercedes Milá. El autor de 'La Colmena' era un provocador nato y regalaba perlas, titulares y momentazos en cada visita televisiva que realizaba. Porque hubo un tiempo que los escritores asistían a los programas con asiduidad. Lo recordaba hace unos días 'Ochéntame', el espacio que complementa la noche nostálgica de los jueves en TVE, y en el que pudimos repasar intervenciones divertidísimas de Terenci Moix, Antonio Gala, Ana María Matute, el simpar Cela o Umbral. Iban a hablar de su libro, sí, pero además eran conscientes de la plataforma en la que estaban y colaboraban a la hora de generar entretenimiento.

La televisión ha cambiado mucho desde entonces y se ha vuelto, entre otras cosas, menos espontánea. Somos infinitamente más políticamente correctos y cualquier frase o comentario es susceptible de ser malinterpretada y de provocar ríos de tinta y tweets. Por eso cuando acuden alguna vez escritores a espacios no literarios (es algo que sucede en alguna rarísima ocasión) suelen estar comedidos y apagados. La naturalidad se aparca detrás de las cámaras. No deja de ser curioso que esto ocurra, puesto que está la parrilla plagada de programas (con hormigas o sin ellas) en los que se busca el lado divertido de los famosos, sometiéndoles a experimentos y juegos. No tiene nada que ver estos espacios con los de los 80. En aquellos se les daba libertad para que se mostrasen ocurrentes y menos encorsetados, en estos de ahora se les mete en encerronas de los que intentan salir con algo de dignidad.

Sirvan estas líneas para reivindicar el regreso a las parrillas televisivas de nombres vinculados con la literatura, para que muestren su ingenio, no para jugar a la gallinita ciega. Y sirvan también para aplaudir lo bien traídos e hilados que suelen estar los 'Ochéntames' de TVE.