«Soy un pasota, pero cuando entro en una cocina me transformo»

¿Qué supone ganar MasterChef?

Es una locura, una pedazo de experiencia y el premio a tanto trabajo, a tanta lucha. Es poner la guinda a un pedazo de pastel, porque todo lo que se ha vivido atrás ha sido casi mejor que ganar.

¿Existió rivalidad con Sally o formaba parte del show?

Creo que por su parte la rivalidad era real pero yo no la he visto hasta que he salido de MasterChef. Es una tía muy competitiva y muy cañera en el plató pero muy cercana y cariñosa en la casa y creo que hay que tratar a las personas por cómo son fuera del programa. De todos modos, tanta caña puede haber jugado en su contra, porque al final somos compañeros.

¿Cómo se vive la parte que no se ve en el concurso?

Somos todos compañeros y terminan por ser una familia. Son tres meses intensos, con momentos muy duros y con nulo contacto con la familia. Después de muchas horas de trabajo llegas cansado y si encima te dan una mala valoración llegas hecho polvo, hundido... te irías a casa si no fuera por el apoyo que encuentras allí. Es más duro de lo que me imaginaba.

¿Por qué crees que eres el ganador de MasterChef?

Yo qué sé, lo habré hecho bien (suelta una de sus carcajadas canalla). Supongo que he ganado porque gustaron los platos, me ha ido saliendo bien, me lo he currado mucho y al final han salido.

Tu historia como vendedor ambulante caló hondo en el público.

Era vendedor ambulante, sigo siéndolo y bien orgulloso que estoy de ello. Yo vengo de la calle, con mi furgonetita para arriba y para abajo, y nunca se te tiene que olvidar de dónde vienes. Es verdad que se ha explotado ese lado pero este es un programa de cocina y no te da más puntos venir de la calle. Creo que se tiene que valorar los platos y el esfuerzo porque cada uno tiene su historia y venimos a cocinar, no a contar nuestra historia.

Los jueces destacan el contraste entre la exquisitez de tus platos y un carácter que definen como "precario".

¿Precario? Quizá un poquito, pero hacía el emplatado como a mí me gustaría que me lo presentasen. Intententaba dejarlo bonito y lo hacía por intuición. De todas maneras, no me da vergüenza decir las cosas como las veo y como las pienso, aunque a veces me traiga problemas tanta espontaneidad y sinceridad, como el "estás tremenda" que le dije a Eva (por Eva González, la presentadora del concurso).

¿Te transformas cuando entras en la cocina?

Es verdad, sí que me transformo. Fíjate que soy un pasotilla de mucho cuidado, pero cuando estoy en un cocina soy exigente. Siempre como buenos platos en casa y el cocido que hace mi madre hace que se quiten lo que se hace en los restaurantes. Además, me gusta mucho la cocina de Pepe, Jordi y Samantha; José Carlos Fuentes me encanta también. Siempre te guías un poco por los platos que hacen y por cómo lo emplatan, aunque luego sacas tus propias conclusiones y te vas dejando llevar por la intuición.

¿Qué ves cuando abres un frigorífico o compras en un mercado?

Según lo que quieras hacer. Pepe en su casa no come todos los días platos como los que hace en su restaurante, se come un cocido. Y Jordi también, aunque en su restaurante se sirvan cosas alucinantes. Nosotros igual, en casa comemos lo que hay, con lo que pillamos en la nevera hacemos algo rico y listo.