Agraviados. «Al Circo del Sol se le ayuda; para los demás, todo son pegas».

«Los niños piden leones en el circo»

«El artista ha vivido muy al día, no se ha preocupado del futuro. Hoy muchos mayores se las ven y se las desean para sobrevivir»

RAFA RODRIGO

Sábado, 9 de agosto 2014, 23:30

Ha sido payaso, presentador, jefe de pista... Hoy es presidente de la Unión de Profesionales y Amigos de las Artes Circenses. Un currela de la farándula desde hace 60 años. José Palacio (Villaviciosa, 1941) ha pasado su vida rodeado de fieras. Ahora pelea con uñas ... y dientes para que el espectáculo tradicional y las personas que pasan su vida bajo las carpas sobrevivan.

Publicidad

Son días duros para el circo.

Le están haciendo la vida imposible por todos los lados. El circo español es un mundo familiar que lucha como puede por mantenerse.

¿Cómo sobrevive frente a otros 'circos' como el fútbol?

Tú lo has dicho. Sobrevive, y pasándolo muy mal. Se está trabajando a precios muy bajos para que la gente continúe.

¿Sigue vivo el romanticismo de la vida circense de antaño?

Sí y no. Antes había mucha más convivencia, viajábamos todos en tren, compartíamos hoteles... Ahora estás con los compañeros en la pista, pero cuando terminas te vas a tu caravana, que es tu casa y donde haces tu vida. Estos vehículos han cambiado la vida del artista.

¿Y al acabar la función hay jubilación?

Se pasa bastante mal. Es muy diferente con los artistas que han trabajado en el extranjero. En este país, por unas causas o por otras el artista de circo ha sido abandonado. También se ha vivido muy al día, sin preocuparse por el futuro. Hoy muchos mayores se las ven y se las desean para sobrevivir.

¿Cuánta gente vive del circo en España?

Buff, es dificilísimo saberlo. Los artistas se mueven mucho y van por libre, hay una corriente joven actuando en la calle en pequeñas compañías, y todos hacen circo. No hay forma de saberlo, pero es mucha, mucha gente.

Publicidad

¿El Circo del Sol fue una revolución para el espectáculo?

No cabe duda de que trajo aires nuevos. Las luces, el sonido... Esos efectos que el público valora los trajo el Circo del Sol. Aunque no empezó siendo tan espectacular. Se les ha apoyado y han tenido todas las facilidades. ¡Si incluso el Ayuntamiento de Madrid les puso un terreno especial! Para los demás circos es al revés, todo son pegas...

¿Qué pegas son esas?

Todas y de todo tipo. Nos mandan a terrenos carísimos a las afueras que son auténticas escombreras, exigen permisos imposibles... es un auténtico desbarajuste.

¿Pero quién quiere acabar con el circo?

Publicidad

Es el gran misterio. Cuando se mete la política de por medio surgen los intereses. Con la guerra que hay por el tema de los animales, muchos ayuntamientos ni siquiera nos dejan trabajar. Estamos llegando a extremos ridículos.

¿Me dice que en 60 años nunca ha visto maltratar a un animal?

No. Maltratarlos no. Algunos circos lo harán, pero yo no lo he vivido, y estoy totalmente en contra. Además no tiene sentido. Para el artista, los animales son su vida, ¿cómo vas a maltratar lo que te está dando de comer? Al revés, los cuidan. He visto montones de cachorros rechazados por sus madres a los que meten en las caravanas para criarlos con biberón.

Publicidad

Entonces viven como reyes...

Hombre, chillarles y azuzarles con palos sí he visto. Es parte del espectáculo. Ahora, si uno va al circo comprobará que se evita incluso chasquear el látigo. Pues lo que pasa es que salen los leones y se pegan unos paseos... Luego, claro, a veces oyes: «joder, es que los tienen drogados». ¡Es que el animal es así! Antes el domador les cabreaba un poco para que estuviesen más vivos y transmitiesen esa sensación de peligro.

¿Y trabajar sin animales?

¡Pero es que la gente los pide! Los críos van a divertirse y ya está, si llegan allí y no los ven en seguida preguntan: «¿Y dónde están los leones?». Hay que dar soluciones, no solo prohibir por prohibir. ¿Qué hacemos, los sacrificamos?

Publicidad

¿Y una fiera tiene jubilación?

Antes se cedían a zoos, pero ya no quieren animales de circo. Forman parte del circo y viajan con él, pero sin trabajar y cuidados por sus dueños. La gente dice: «Qué viejos están». Pues claro, es que son viejos. ¿Qué le vamos a hacer?

Toros sí pero leones no. ¿Es el mundo al revés?

¡Habría que preguntárselo a los políticos! Es una incongruencia. Es incomprensible que se autoricen ciertos espectáculos con animales y otros no.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad