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Isabel Toledo y Julio Arrieta
Sábado, 29 de octubre 2022
Hace 100 años se descubrió la tumba del más popular de los faraones. El 4 de noviembre de 1922 el grupo de excavadores de Howard Carter en el Valle de los Reyes -cerca de Luxor, en Egipto- encontró el primero de los dieciséis escalones que descendían hasta una puerta tapiada que había permanecido oculta 3.300 años. Se trataba del sepulcro casi intacto de un faraón: un hallazgo sin precedentes y que cambiaría la historia de la egiptología.
El arqueólogo no las tuvo todas consigo. Dudó hasta que llegó a los sellos que identificaban al ocupante del enterramiento y llegó a pensar que en realidad solo había encontrado un escondrijo. Pero acabó sacando a la luz la tumba de un faraón poco conocido hasta entonces y desencadenó una auténtica egiptomanía. Incluida una maldición que supuestamente afectaba a variopintas personas que habían participado en diferentes procesos del hallazgo.
La tenacidad del arqueólogo británico y su mecenas fueron clave. Lord Carnarvon obtuvo la licencia para excavar en el Valle de los Reyes en 1914, cuando caducó la del millonario estadounidense Theodore Monroe Davis, que abandonó el lugar convencido de que era estéril. Carnarvon y Carter se habían conocido en 1907 y trabajaron durante varios años en otros yacimientos tebanos, excavaciones cuyos resultados se publicaron en 'Five years Explorations at Thebes'. Obtenido el permiso para el Valle, los dos socios proyectaron un estudio sistemático de toda la necrópolis con la intención de localizar la tumba de Tutankamón, sobre cuya existencia habían aparecido algunos indicios menores en otras prospecciones. Tras el paréntesis causado por la Gran Guerra, las excavaciones se sucedieron sin éxito desde 1917 y Carnarvon estaba en Inglaterra, considerando abandonar, cuando se produjo el hallazgo del acceso al sepulcro, el 4 de noviembre de 1922. La tumba había permanecido relativamente intacta porque sobre su entrada se habían levantado las viviendas de los trabajadores de la posterior época ramésida.
Conde entusiasta de la egiptología. Contrató a Carter para la excavación de tumbas reales en el Valle delos Reyes.
Arqueólogo y egiptólogo inglés reconocido por ser muy minucioso en su trabajo. Tardó más de ocho años en vaciar, trasladar y catalogar los miles de objetos hallados en la tumba.
La necrópolis del Valle de los Reyes se encuentra cerca de Luxor, en la orilla oeste del Nilo, frente a Tebas. Alberga 65 tumbas, la mayoría de los faraones del Imperio Nuevo (dinastías XVIII, XIX y XX). El cementerio real se extiende en realidad por dos valles, el Este, donde se abren los sepulcros enumerados con el código KV (King's Valley), y Oeste, con las tumbas designadas con la sigla WV (West Valley). La de Tutankamón es la KV62. El número indica el orden del descubrimiento.
A pesar de la deslumbrante espectacularidad de su contenido, la tumba de Tutankamón es en realidad un sepulcro modesto, en comparación con el de otros faraones. La repentina muerte del rey, que apenas debía de contar 17 años cuando falleció enfermo de osteonecrosis y malaria, en un momento político delicado, obligó a realizar un enterramiento apresurado en un hipogeo más pequeño de lo habitual y sin apenas decoración. Es posible que originalmente hubiera sido excavado para un noble y que fuera adaptado como tumba real por pura necesidad. Así lo indican los rastros de trabajos de una ampliación que no se llegó a efectuar.
200 años tras la muerte de Tutankamón, los egipcios construyeron la tumba de Ramsés VI, los escombros y restos de las obras ocultaron la entrada de la tumba, que se encontraba en un nivel inferior.
Tumba de Ramsés VI
Tumba de Tutankamón
Escalera acceso y corredor
Desde una pequeña plataforma,
16 escalones comunican con una primera puerta sellada y enyesada.
Corredor y escalera cubiertas de piedra picada. No tenían ningún tipo de adorno.
1,7
1ª y 2ª puertas selladas.
12,3
A
E
B
D
Antecámara
Una sala de unos 28 m2 con las paredes desnudas pero llena de todo tipo de objetos perfectamente organizados. Más de 600 en total.
1.
Carros desmontados.
Los guardianes del faraón flanqueando la puerta.
2.
Tres camas fúnebres.
3.
3,6
8
1.
3.
B
2.
2,6
4,3
Una marca en la pared de la
antecámara les llevó a descubrir esta sala.
Anexo
Tras los muebles de la antecámara hallaron una sala anexa atestada de aceites, vinos y alimentos.
Cámara del sarcófago o mortuaria
Es la única sala decorada, los muros están cubiertos por magníficas pinturas religiosas. Situada con un desnivel de un metro.
Una gran capilla que ocupa casi la totalidad de la estancia (5,3 x 3,3 m) contiene la momia del faraón.
Muro Este
La momia de Tutankamón montada sobre un trineo, tirada por doce hombres.
Muro Sur
Tutankamón con las deidades Hathor y Anubis.
3,8
D
E
Capilla
6,4
Estatua de Anubis
vigilando la entrada.
4
Muro Norte
Siete figuras, en tres escenas separadas:
1. Ceremonia de la apertura de boca.
2. La diosa Nut le da la bienvenida.
3. Osiris abraza a Tutankamon.
Muro Oeste
12 babuinos en
cuclillas, dando la bienvenida al faraón. Representan las doce horas nocturnas que deberá pasar
Tutankamón en su tránsito al Más Allá.
Cámara del tesoro
Anexa a la cámara funeraria y tras una puerta sellada, se accedía a la sala del tesoro. Unos 500 objetos, como barcos a escala, rodeaban el templete canópico, en cuyo interior descansaban los órganos del faraón.
Casi 2 metros de altura de madera chapada en oro, alabastro y plata.
Vasos
cánopos en
el interior
de un cofre
de alabastro
Cobras solares.
1,53 m
1,22 m
200 años tras la muerte de Tutankamón, los egipcios construyeron la tumba de Ramsés VI, los escombros y restos de las obras ocultaron la entrada de la tumba, que se encontraba en un nivel inferior.
Tumba de Ramsés VI
Tumba de Tutankamón
Escalera acceso y corredor
A
Desde una pequeña plataforma,
16 escalones comunican con una primera puerta sellada y enyesada.
1ª puerta sellada.
Corredor y escalera cubiertas de piedra picada. No tenían ningún tipo de adorno.
4,7
1,7
2
Pasillo descendente hasta una segunda puerta sellada.
A
3,6
8
7,6
2,7
3,8
6,4
4,3
D
B
E
2,55
2,6
3,6
4
Estatua de Anubis
vigilando la entrada.
Antecámara
B
Una sala de unos 28 m2 con las paredes desnudas pero llena de todo tipo de objetos perfectamente organizados. Más de 600 en total.
Carros
desmontados.
Tres camas fúnebres.
B
Los guardianes del faraón
flanqueando
la puerta.
C
Una marca en
la pared de la
antecámara les llevó a descubrir esta sala.
Anexo
C
Tras los muebles de la antecámara hallaron una sala anexa atestada de aceites, vinos y alimentos.
Cámara del sarcófago o mortuaria
D
Es la única sala decorada, los muros están cubiertos por magníficas pinturas religiosas.
Situada con un desnivel de un metro.
Una gran capilla que ocupa casi la totalidad de la estancia (5,3 x 3,3 m) contiene la momia del faraón.
Muro Este
Muro Sur
Tutankamón con las deidades Hathor y Anubis.
La momia de Tutankamón montada sobre un trineo, tirada por doce hombres.
D
E
Capilla
Estatua de Anubis
vigilando
la entrada.
Muro Oeste
Muro Norte
12 babuinos en cuclillas, dando la bienvenida al faraón. Representan las doce horas nocturnas que deberá pasar Tutankamón en su tránsito al Más Allá.
Siete figuras, en tres escenas separadas:
1. Ceremonia de la apertura de boca.
2. La diosa Nut le da la bienvenida.
3. Osiris abraza a Tutankamon.
Cámara del tesoro
E
Anexa a la cámara funeraria y tras una puerta sellada, se accedía a la sala del tesoro. Unos 500 objetos, como barcos a escala, rodeaban el templete canópico, en cuyo interior descansaban los órganos del faraón.
Madera chapada en oro, alabastro y plata.
Vasos
cánopos en
el interior
de un cofre
de alabastro
Cobras solares.
1,98 m
1,53 m
1,22 m
200 años tras la muerte de Tutankamón, los egipcios construyeron la tumba de Ramsés VI, los escombros y restos de las obras ocultaron la entrada de la tumba, que se encontraba en un nivel inferior.
Tumba de Ramsés VI
Tumba de Tutankamón
Escalera acceso y corredor
Antecámara
A
B
Una sala de unos 28 m2 con las paredes desnudas pero llena de todo tipo de objetos perfectamente organizados.
Más de 600 en total.
Desde una pequeña plataforma,
16 escalones comunican con una primera puerta sellada y enyesada.
1.
Carros desmontados.
Los guardianes de
Tutankamón flanqueando
la puerta.
2.
1ª puerta sellada.
Tres camas fúnebres.
3.
4,7 m
Corredor y escalera cubiertas de piedra picada. No tenían ningún tipo de adorno.
Anexo
C
1,7 m
Tras los muebles de la
antecámara hallaron una
sala anexa atestada de
aceites, vinos y alimentos.
2 m
Pasillo descendente hasta una segunda puerta sellada.
A
7,6 m
8 m
3,6 m
2,7 m
1.
4,7 m
3,8 m
4 m
3.
6,4 m
B
4,3 m
D
E
2.
C
2,6 m
2,55 m
Capilla
Desnivel de 90 cm.
3,6 m
Estatua de Anubis
vigilando
la entrada.
Muro Este
Muro Sur
Tutankamón con las deidades Hathor y Anubis.
La momia de Tutankamón montada sobre un trineo, tirada por doce hombres.
Cámara del sarcófago o mortuaria
D
Es la única sala decorada, los muros están cubiertos por magníficas pinturas religiosas. Situada con un desnivel de un metro.
Una gran capilla que ocupa casi la totalidad de la estancia (5,3 x 3,3 m) contiene la momia del faraón.
Muro Oeste
Muro Norte
12 babuinos en cuclillas, dando la bienvenida al faraón. Representan las doce horas nocturnas que deberá pasar Tutankamón en su tránsito al Más Allá.
Siete figuras, en tres escenas separadas:
1. Ceremonia de la apertura de boca.
2. La diosa Nut le da la bienvenida.
3. Osiris abraza a Tutankamon.
Cámara del tesoro
E
Anexa a la cámara funeraria y tras una puerta sellada, se accedía a la sala del tesoro. Unos 500 objetos, como barcos a escala, rodeaban el templete canópico, en cuyo interior descansaban los órganos del faraón.
Cobras solares.
Vasos
cánopos en
el interior
de un cofre
de alabastro
Madera chapada en oro, alabastro y plata.
1,98 m
1,53 m
1,22 m
Escalera acceso y corredor
200 años tras la muerte de Tutankamón, los egipcios construyeron la tumba de Ramsés VI, los escombros y restos de las obras ocultaron la entrada de la tumba, que se encontraba en un nivel inferior.
A
16 escalones comunican con una primera puerta sellada y enyesada.
Tumba de Ramsés VI
Tumba de Tutankamón
4,7 m
1ª puerta sellada.
Corredor y escalera cubiertas de piedra picada. No tenían ningún tipo de adorno.
Antecámara
B
Una sala de unos 28 m2 con las paredes desnudas pero llena de todo tipo de objetos perfectamente organizados.
Más de 600 en total.
1,7 m
1.
Carros desmontados.
Los guardianes de Tutankamón flanqueando la puerta.
2.
Tres camas fúnebres.
3.
A
2 m
Anexo
C
Cobras solares.
Tras los muebles de la antecámara hallaron una sala anexa atestada de aceites, vinos y alimentos.
7,6 m
Pasillo descendente hasta una segunda puerta sellada.
Cámara del tesoro
E
3,6 m
Anexa a la cámara funeraria y tras una puerta sellada, se accedía a la sala del tesoro. Unos 500 objetos, como barcos a escala, rodeaban el templete canópico, en cuyo interior descansaban los órganos del faraón en los llamados vasos cánopos, hechos de alabastro.
8 m
2,7 m
B
1.
Madera chapada en oro, alabastro y plata.
Medía unos 2 metros de alto y metro y medio de profundo.
4,7 m
3,8 m
4 m
6,4 m
3.
4,3 m
D
2.
E
2,6 m
C
2,55 m
Capilla
Desnivel de 90 cm.
Una marca en
la pared de la
antecámara les llevó a descubrir esta sala.
Muro Este
Estatua de Anubis vigilando la entrada.
La momia de Tutankamón montada sobre un trineo, tirada por doce hombres.
3,6 m
Muro Sur
Cámara del sarcófago o mortuaria
D
Tutankamón con las deidades Hathor y Anubis.
Es la única sala decorada, los muros están cubiertos por magníficas pinturas religiosas. Situada con un desnivel de un metro.
Una gran capilla que ocupa casi la totalidad de la estancia (5,3 x 3,3 m) contiene la momia del faraón.
Muro Oeste
Muro Norte
12 babuinos en cuclillas, dando la bienvenida al faraón. Representan las doce horas nocturnas que deberá pasar Tutankamón en su tránsito al Más Allá.
Siete figuras, en tres escenas separadas:
1. Ceremonia de la apertura de boca.
2. La diosa Nut le da la bienvenida.
3. Osiris abraza a Tutankamon.
La cámara mortuaria, la única decorada de todo el hipogeo, estaba ocupada casi en su totalidad por una enorme estructura que dificultaba el espacio para moverse. Se trataba de un conjunto de cuatro capillas de madera recubiertas de oro, encajadas una dentro de la otra, que cubrían un sarcófago de cuarcita roja que contenía, a su vez, tres ataúdes de madera chapada de láminas de oro los dos primeros y de oro macizo el tercero. Dentro estaba la momia del joven faraón, completada con la famosa máscara de oro.
Cuatro, de madera y recubiertas de oro encajadas una dentro de otra protegen el sarcófago que contiene los féretros y la momia del faraón.
Al abrir la puerta de la última capilla apareció un colosal sarcófago de cuarcita roja.
Se descubrió una grieta en la tapa, así que gracias a unas poleas se logró evitar que ésta cayera sobre el contenido del sarcófago.
Tras conseguir levantar la tapa del sarcófago, un ataúd antropomorfo de madera dorada que representaba al faraón, con las manos cruzadas sobre el pecho y sosteniendo el cayado y el mayal.
Éste dio paso a un nuevo ataúd de madera chapada en oro, más detallado que el anterior.
Después de los dos sarcófagos de madera, el tercero presentaba un aspecto diferente.
Un enorme féretro de oro puro detalladamente cincelado y decorado.
Al levantar la pesada tapa de oro apareció la momia del farón niño, pero había algo más.
El rostro y los hombros se hallaban cubiertos con una espléndida máscara funeraria de oro y lapislázuli
La momia de Tutankamón se reveló el 28 de octubre de 1925. Habían pasado casi tres años, desde el 4 de noviembre de 1922 cuando se descubrió el primer peldaño de la escalera que conducía al enterramiento
AUX STEP FOR JS
La tumba fue descubierta el 4 de noviembre de 1922. Carter y su equipo no llegaron al sarcófago del joven faraón hasta el 13 de octubre de 1925. La momia, que pudieron contemplar, por fin, el 19 de octubre, estaba muy afectada por el ungüento que se había usado para el embalsamado, que se había solidificado hasta el punto de que era imposible separar la máscara de los vendajes. En una maniobra que después ha sido muy cuestionada, Carter decidió exponer el ataúd al sol durante unas horas para ablandar el aceite, sin éxito. La máscara tuvo que ser despegada en laboratorio.
¿Era Carter un buen arqueólogo? En cuanto a la excavación en sí, «no es que sea correcta para los parámetros de la época. Es que es más que correcta», opina el egiptólogo José Miguel Parra, autor de 'Howard Carter, una vida' (Confluencias). «Es casi perfecta», añade. Carter fue un obseso del registro. Todos los hallazgos de la tumba fueron documentados, con la ventaja de que se sirvió de la fotografía para ello. «Es inimaginable la cantidad de información que aporta esta excavación. Carter hacía fotos de conjunto, luego fotos de conjunto con cada objeto numerado, y luego tomas de detalle». Cada artefacto «se fotografiaba, dibujaba y analizaba, y se hacía una ficha». Toda esa información fue recogida «y de hecho está disponible en la red. Los egiptólogos actuales siguen usándola».
La máscara: Se exhibe de forma permanente en el Museo Egipcio de El Cairo.
La momia: Está expuesta en la cámara funeraria donde fue hallada, en al Valle de los Reyes, Luxor, Egipto.
Los tesoros: Tras su exhibición en el museo de El Cairo, se están trasladando al futuro Grand Egyptian Museum que se construye en Guiza.
Para la Egiptología el hallazgo fue un hito porque «fue la primera vez que se encontró una tumba real intacta. O casi intacta, para ser más precisos, porque los ladrones habían entrado en ella dos veces en la Antigüedad». Este descubrimiento supuso «colocar dentro de la Historia a un faraón del que hasta entonces solo se conocía el nombre y que cerró un capítulo crucial en la Historia del Egipto antiguo, el período amárnico».
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