Urdiales da un derechazo al toro al que cortó una oreja. EMILIO MÉNDEZ

Trofeo a la firmeza

El diestro riojano corta una meritoria oreja a un violento toro de Cuvillo con el que tiró de raza

Jueves, 1 de septiembre 2022

Cada tarde es una oportunidad e igual da que sea por la vía de la sustitución. En el toreo, una vez arranca el paseíllo, esta vez de goyescos, el tiempo corre y el toro marca; la vida entra en juego y también la gloria.

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Brutote ... y áspero fue el primer toro de Núñez del Cuvillo que lidió Diego Urdiales, que ocupaba el puesto del lesionado Roca Rey en Palencia. Fue un toro con el que le fue complicado meterse, porque embestía con muchísimo genio, tanto que acabó derribando al caballo y Manuel Jesús Ruiz, seguido, tuvo que pasar a la enfermería. Urdiales lo sacó a los medios con el capote tapándole muchos de los defectos. Le impuso mando después con la muleta, tiró de raza para, con dominio, obligarle. No se lo puso fácil tampoco antes a sus hombres con los palos. Generó el caos, y luego no se guardó nada antes de que Diego le metiese el acero. Le complicó al riojano una barbaridad la labor, pero no se amilanó el de Arnedo y siempre, colocándose, trató de meterlo jugandose realmente la vida con un astado que no le ofrecía nada.

En su segundo, Urdiales pudo hacerse con un trofeo a base de coraje, de apostarlo todo y de lanzarse a ver por dónde podía entrar. Fue muy violento el de Cuvillo, siempre embistiendo en recto y sin entregarse. Alternó la faena por ambos pitones, con varias series que tuvieron su mérito. Diego sacó esa tauromaquia lidiadora con la que durante años pasaportó a cada toro con el que se medía y con los que luchó por ser hoy quien es. Labor trabajada la del riojano que tras una estocada paseó una importante oreja.

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