La Ley de Protección Animal impone un curso para tener un perro

Una de las disposiciones más polémicas es la obligación de realizar un curso formativo para poder tener legalmente un perro. Será un cursillo sencillo, gratuito y 'online' sobre las responsabilidades que exige esta tutela.

La ley busca el sacrificio cero. Prohíbe matar a animales de compañía abandonados o sanos y solo autoriza un procedimiento eutanásico para ejemplares con patologías mortales o invalidantes. Al tiempo, promueve los centros de protección y acogida y los santuarios de animales.

Para el sacrificio cero es preciso el abandono cero. Difícil en un país con más de 13 millones de mascotas registradas y otras tantas fuera de control. Para acabar con la impunidad ordena la identificación obligatoria de cualquier mascota y de sus propietarios en un registro nacional.

Decreta la prohibición de la cría por particulares para rebajar abandonos y ventas piratas. La crianza será tarea solo de profesionales, que tendrán que estar registrados y se les exigirá cualificación y condiciones concretas. Para evitar accidentes, será obligado esterilizar a todos los ejemplares de la misma especie y distinto sexo que conviven de forma habitual. Prohíbe animales silvestres en los hogares.

Los incumplimientos acarrean sustanciosas multas. El sacrificio injustificado o el entrenamiento para peleas se multarán con entre 100.000 y 600.000 euros y la cría por particulares, el abandono o el no registro de la mascota, con al menos 30.000. No habrá razas peligrosas sino ejemplares violentos y se exigirá seguro de responsabilidad civil.

Prohíbe la cría de animales salvajes de especies extranjeras, tanto por particulares como por profesionales, con lo que cerrará las granjas de engorde de visones americanos para abrigos y cuellos. Cree que se maltrata a los animales y que son una especie invasora y una variedad que contagia muchas enfermedades a los humanos, como la propia covid.

Para minimizar compras compulsivas no se pueden vender ni adquirir mascotas que supongan un riesgo para la salud o la seguridad o que pertenezcan a especies exóticas invasoras. Con igual fin se impide la exhibición y venta de animales en comercios a excepción de los peces.

Uno de los ejes es la protección de los animales contra la crueldad humana. Prohíbe el tiro al pichón, el tiro a tubo de codornices, las peleas y la presencia de animales salvajes en los circos.

Crea un registro de ciudadanos inhabilitados para la tenencia de animales (para impedir que continúen con los maltratos) y se prohíbe el uso de collares de pinchos o que ahorquen a las mascotas y de aparatos eléctricos que les causen daño o sufrimiento.

La norma limita el uso en romerías, procesiones y cabalgatas y los zoológicos y delfinarios tienen los días contados. No pueden comprar nuevos animales no autóctonos y se veta, incluso a profesionales, la cría y venta de especies salvajes extranjeras.

La ley prohibirá desatender a las mascotas. En el caso de los perros, se considera que se les descuida al dejarlos solos 24 horas.

La ley no entra en proscripciones ni limitaciones de espectáculos taurinos, pero sí ordena diseñar protocolos para atender y rescatar animales en situaciones de emergencia, como catástrofes, incendios o accidentes.