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Fue una noche-madrugada singular la vivida el viernes en el escenario de Franco-Españolas, con dos cabezas de cartel con universos musicales y públicos muy diferentes, y con problemas técnicos derivados del breve pero intenso aguacero registrado un par de horas antes. Con todo, fue una gran noche y un arranque del MUWI 2024 en su escenario principal para recordar.
A Xoel López le toco el papel más difícil. Tras un largo paréntesis para que los técnicos solventaran el problema con las PA (los amplificadores, mojados por la lluvia), el gallego subió al escenario con su banda y cierto tiento, y rompió el hielo con 'Faneca brava', tema de su reciente álbum 'Caldo espírito' que se vio interrumpido en apenas unos segundos. Sin música ni apenas sonido, el público continuó el tema a capela, arropando con su admiración y coreando con su voz la canción. Un primer guiño de empatía con el artista que, con el paso de la noche, dio grandes frutos y regaló grandes momentos.
Una nueva interrupción llegó con 'A Serea e o mariñeiro', tema que, aun interpretado en gallego, se escuchó de nuevo a voz en grito entre el público. A continuación, el coruñés tuvo que improvisar su clásico 'Todo lo que merezcas' en plan Julio Iglesias, solo con su guitarra y desenchufado. Pero nadie desfallecía, ni artista ni banda ni público porque, como dijo Xoel: «Es un concierto diferente. Las PA están fallando pero nosotros vamos a tocar igual. Vamos a seguir y a por todas. Vamos a pasarlo bien».
A partir de ahí, el concierto discurrió sin contratiempos y a un ritmo imparable. El público apreció más que nunca el esfuerzo de la banda y se dejó llevar festivamente por ese rico universo musical de Xoel que viaja desde el pop hasta los ritmos latinos, como los de esa versión del 'Ojalá que llueva café' de Juan Luis Guerra a cuyo baile nadie se resistió.
'Glaciar', 'De piedras y arena mojada', 'Mágica y eterna', 'Ningún nombre, ningún lugar'... Tanto los temas de su último álbum como algunos clásicos tuvieron su momento en la mágica noche que brindó en el MUWI el artista coruñés, dotado con los dones del carisma, el talento y la elegancia. Con 'Tierra', los móviles se elevaron sobre las cabezas para grabar esta pieza de corte universal que sacude a cualquiera que haya sentido el anhelo de pertenecer a algún lugar. Y con 'Tigre de Bengala' se vivió el apoteosis final.
Tras Xoel, El Columpio Asesino cerró la primera gran noche-madrugada del MUWI y cerró capítulo en La Rioja, en una gira de despedida definitiva que rematarán a finales de año. Como una sacerdotisa de la noche pisó el escenario Cristina Martínez, acorde con la nocturnidad musical que caracteriza al veterano grupo navarro de rock industrial. E invocó 'Ye, ye, yee' en el primer tema, para dar paso al icónico 'Ballenas muertas en San Sebastián'.
También brindaron canciones que no suelen tocar en vivo, como 'Corazón anguloso' o 'Sirenas de mediodía'; adornaron la madrugada con 'Diamantes' y 'Perlas'; cruzaron nuestros oídos con 'Un arpón de grillos'; sentimos 'Escalofrío'... y todo ello envuelto en un rock electrónico preñado de sintetizadores gruesos y en las personales voces de Cristina y de Álbaro Arizaleta, su batería.
Los momentos más potentes del concierto se vivieron con 'La marca en nuestra frente es la de Caín' y con ese 'Toro' que cerró el concierto y con el que hicieron bailar a sus incondicionales... toda la noche.
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