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La uniformidad es una constante en los tendidos pamploneses durante la feria y entre tanto blanco y colorado Diego Urdiales se hizo presente, con paso firme, en el coso de la capital navarra luciendo un precioso terno Soraya y oro. El de Arnedo tuvo que lidiar al abanto astado de salida que no se centró hasta que no se quedaron solos toro y torero. El riojano brindó al público y después al cielo. Recetó un excelente inicio con la muleta doblándose por abajo y rematando con una trincherilla y un molinete. Con la derecha toreó despacio, con gusto y encajado. Lo mismo sucedió al natural cuando el aroma de toreo eterno embriagó a todo el gentío que entró de lleno en la actuación. Firmó naturales con mando y asestó una estocada entera a la segunda. El triunfo gordo se fue con la cruceta.
Plaza de toros de Pamplona. Se colgó el cartel de «no hay billetes». Toros de La Palmosilla para Diego Urdiales, de verde Soraya y oro, silencio y silencio. Fernando Adrián, de blanco y plata, ovación y oreja. Borja Jiménez, de berenjena y oro, silencio y dos orejas.
Borja Jiménez fue gravemente herido en el muslo derecho al entrar a matar al sexto.
Plaza de toros de Pamplona. Se colgó el cartel de «no hay billetes».
Toros de La Palmosilla para Diego Urdiales, de verde Soraya y oro, silencio y silencio. Fernando Adrián, de blanco y plata, ovación y oreja. Borja Jiménez, de berenjena y oro, silencio y dos orejas.
Borja Jiménez fue gravemente herido en el muslo derecho al entrar a matar al sexto.
El comienzo del de la merienda no permitió el brillo de Urdiales con el percal. El animal no terminó de fijarse en las telas y el espada riojabajeño intentó, con finura, abrirle los caminos. Con la pañosa trató de sacarle naturales de uno en uno dejando momentos de entrega a un cornúpeta complicado e incierto sin posibilidades de lucimiento. Silencio tras espadazo entero.
El debutante Fernando Adrián le echó ganas a el soso segundo. Saludó con faroles y delantales que remató con una media. Con la zocata se dedicó a torear, con más avidez que asiento. Finalizó con un pinchazo y una entera.
El madrileño recibió al quinto con verónicas encajadas. Con la muleta estuvo con mucho mérito ante un oponente que no se lo puso fácil. Se gustó por la espalda y el estoconazo final le trajo el trofeo.
Borja Jiménez se fue a portagayola. Cuidó al de La Palmosilla en la montura y comenzó la faena sentado en el estribo. A pesar de que el burel se desentendió él acabó sacándoselo más allá del tercio. Se perfiló de largo en la suerte contraria y dejó medio estoque.
El cierraplaza fue recibido con verónicas a pies juntos por Jiménez. Continuó con un explosivo principio de faena de rodillas en los medios. El de La Palmosilla venía galopando a cada pase con mucha transmisión. El de Espartinas supo entenderlo, le dio tiempo, y no le apretó en exceso mostrándole la pañosa a media altura. Cuajó multetazos de bello trazo, especialmente por el pitón derecho. Finalizó rodilla en tierra y remató con un desplante. Fue prendido al entrar a matar, su cuadrilla lo llevó a la enfermería y le cortó las dos orejas.
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