Mil Córdobas fue uno de los grupos damnificados por la tormenta que defenestró la segunda jornada del Muwi del año pasado y el destino, siempre caprichoso, jugó con su concierto recuperado este año. Llovió hasta prácticamente las 20.15 horas, hora del inicio de su ... directo en el escenario Ibercaja Revellín, y unos minutos después comenzaron a tocar.
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Con este grupo riojano arrancó el Muwi, su pop-rock, si no directamente power-pop, entre Los Brincos y Los Flechazos fue como la propia tormenta, veraniego y refrescante. «Hemos pasado un rato muy malo está tarde. La previsión del tiempo era un mazado. Tocar aquí solo dos canciones ya es un regalo», confesó el cantante Álvaro Blázquez. Después, a la cuarta canción, Mil Córdobas expuso que «esto va tomando forma de 'Guateque'», el título de su disco, e hizo bailar al público con la versión 'Bailaré sobre tu tumba' de Siniestro Total. Pero lo más significativo y sorprendente fue el tema 'Trapos', «un homenaje a esa gentecilla, patriotas de pulserita y de balcón» con letra que casi parece de Ángel Stanich. Y es que encontrarse hoy en día, fuera del punk, un grupo musical con clara crítica política y social es como hallar una seta parasol en Moncalvillo. Y en la misma línea está su otra canción 'Ave María Carísima'.
Lo cierto es que, a pesar de tener claros aspectos que afinar, como trabajar más en algunas letras y asegurar un directo más sólido, Mil Córdobas ofreció buenas sensaciones, que no es mucho sino muchísimo. El grupo alfareño tiene temas de contenido popular como el dedicado a Mijatovic ('Pedja'), versos sencillos pero acertados como «el vermú eres tú» y un atractivo y divertido aire retro como fue rogar a última hora que se pinchase 'Saca el güisky, Cheli' al acabar y armar una conga con los espectadores. De traca.
Tras una primera sesión del dúo KurlZZZ DJs actuó Tiburona, un trío femenino de punk-pop. El directo fue enérgico y atractivo, con las tres chicas cantando, incluida la batería (Supercarmen Merino). Curiosamente, el inicio de todas las canciones, a base de punteos de guitarra y rapidez en los ritmos, eran punk, si bien los temas se iban suavizando hasta quedarse en pop. Algo así como Killer Barbies.
Canciones desenfadadas y modernas como 'Relación abierta' («Tiene relación abierta, que no se entere su pareja»), otras más comprometidas como 'Que viene el lobo', otras inclasificables como 'Que mueras bien' y la que debería de ser un himno actualmente y sonar en las calles como el 'Resistiré' de El Dúo Dinámico durante el confinamiento por la pandemia, 'No me interesa tu opinión' («No me interesa tu opinión. ¡Ya basta! Deja ya de dar la brasa»). Mucha fuerza, desenfado y desparpajo. Y solo una pega. Si el concierto de Mil Córdobas, de tres cuartos de hora, fue justo, el de Tiburona, de apenas 50 minutos, resultó breve. Dejó ganas de mucho más, algo que siempre es buen síntoma.
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Al cierre de esta edición volvían a pinchar KurlZZZ y faltaba por saltar al escenario Niña Coyote eta Chico Tornado.
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