Cuenta atrás para la apertura de la Galería de las Colecciones Reales, el gran escaparate de Patrimonio Nacional. Con 650 piezas de las más de 170.000 que atesora el organismo público, es anejo al Palacio Real y la catedral de La Almudena
La marabunta de turistas que deambula por la explanada y el mirador que separa el Palacio Real de la Catedral de La Almudena ignora que camina sobre una gigantesca cámara del tesoro. Bajo sus pies, decenas de operarios, conservadores y restauradores trabajan contra reloj en ... la Galería de la Colecciones Reales. Leticia Ruiz Gómez (Santander, 62 años) es la directora de este nuevo museo que será el «gran escaparate» de la fabulosa colección de Patrimonio Nacional. Debería haberse abierto en 2015, pero se inaugura este verano. «La espera habrá merecido la pena para el visitante», prometen sus gestores.
Un sobrio, funcional y multipremiado edificio de más de 40.000 metros cuadrados diseñado por Emilio Tuñón y el fallecido Luis Moreno Mansilla alberga un tesoro muy real. Mira al oeste sobre el Campo del Moro y cuenta con 9.000 metros cuadrados para exposiciones en tres fabulosas salas de103 metros de largo por 16 de ancho. Con dos accesos a distinto nivel, aprovechará el tirón del vecino Palacio Real y espera tener al menos los mismos visitantes del conjunto palaciego, que atrae millón y medio de personas cada año. Aún no se ha establecido el precio de la entrada, que podría ser conjunta.
Los materiales más nobles son el alma de este edificio que suma 14 grandes premios, construido con granito de las canteras de Quintanar de la Serena (Badajoz), carpintería de roble y la más alta tecnología en sus dotaciones técnicas y almacenes. Tres de sus nueve plantas se dedican a exposición: la de cota más baja a los Trastámara y los Austrias; la inmediatamente superior a los Borbones y la tercera a las exposiciones temporales.
Su oferta es tan seductora como abrumadora. Patrimonio Nacional atesora 170.000 piezas de las que mostrará 650 en esta escaparate de una institución que gestiona los monasterios del Escorial y la Encarnación o los palacios de la Granja y Aranjuez. Entre ellas habrá obras de Caravaggio, Tiziano, Velázquez –dos–, Goya –doce entre pinturas y tapices como 'El columpio', 'La gallina ciega' o 'El pelele'– Durero, Patinir, El Greco, Rubens, Ribera, Tiepolo o Bernini. También espléndidas, armaduras, muebles, carruajes, ornamentos y tesoros arqueológios y bibliográficos, como una edición príncipe del 'Quijote'. Además el 'Políptico de Isabel La Católica', un conjunto de óleos sobre tabla de Juan de Flandes, la suntuosa cómoda de Carlos III creada por Mattia Gasparini, José Canops y Antonio Vendetti, una armadura y celada de Mühlberg, de Carlos V, o una carroza negra del siglo XVII.
Son todos parte «de los bienes coleccionados o encargados por la Corona a lo largo de los siglos, tanto para la vida doméstica como para la ostentación de su condición», explica Ruiz.
Las monumentales y barrocas columnas salomónicas de la desaparecida Iglesia de Montserrat, una parte del Tesoro visigodo de Guarrazar, del siglo VII, o el espectacular tapiz flamenco 'El triunfo del tiempo', tejido hacia 1502 y adquirido este año por Cultura, darán la bienvenida al visitante en la sala A. No muy lejos 'Salomé con la cabeza del Bautista', uno de las cinco obras de Caravaggio que hay en España.
«Prácticamente todo lo expuesto ha pasado por los talleres de restauración», reconoce Leticia Ruiz. Lo dice contemplando cómo Álvaro Soler, responsable de las colecciones de la Real Armería, dirige la colocación en su pedestal de un caballo de 200 kilos sobre el que se dispondrá una soberbia armadura de Carlos V. El visitante la contemplará al lado de una colgadura, otra joya de la mejor colección de tapices del mundo, que representa la llegada del emperador Carlos V a Barcelona el 3 de abril de 1535 al frente de su ejército y la revista que pasó el 14 de mayo a su armada.
Austeridad y pompa
De las austeridad de los Austrias se pasa al pomposo boato borbónico. La sala B se abre con dos monumentales retratos de Felipe V e Isabel de Farnesio obra de Louis-Michel van Loo, pintor francés de origen flamenco. También llama la atención el retrato 'Alfonso XII niño en París', conservado en el Palacio Real de Riofrío, pintado en Francia por Cécile Ferrère e inspirado en 'Príncipe Baltasar Carlos, cazador', de Velázquez.
Bajo un velo protector, como muchas de las pinturas expuestas, está un espectacular y poco conocido Velázquez, 'El caballo blanco', un equino con las manos alzadas en posición de corveta que el genio sevillano ultimó a la espera de su jinete. Podría ser Felipe IV, el conde-duque de Olivares u otro. A la muerte del artista, la tela estaba en su estudio de la Casa del Tesoro. Hay en la sala otro Velázquez, un pequeño retrato del conde-duque de Olivares.
El recorrido se cierra con otro tapiz sobre un cartón de Guillermo Pérez Villalta, 'Alegoría de la Paz' (1978) una concesión al arte contemporáneo y la única pieza del siglo XX en una colección que acaba con Isabel II. Las mujeres son pocas pero las hay: además de Cécile Ferrère, Luisa Roldán, La Roldana, excepcional tallista y autora en 1692 de 'El arcángel san Miguel venciendo al demonio', y Lavinia Fontana con su 'Virgen del silencio'.
El gran ausente de esta sensacional colección será el monumental lienzo 'La familia de Juan Carlos I' pintado por Antonio López y de incómoda exhibición hoy. Se concibió en su día como estrella de la galería «pero no va a estar por razones de contenido», dice Leticia Ruiz. «No tiene cabida, insisto. En un primer proyecto lo habían metido, pero estaba muy apretado. Está, además bien visible en la Sala de alabardeos del Palacio Real», agrega Ruiz.
Monárquico, republicano, franquista y democrático
De lejano origen monárquico, asociado con el franquismo por su 'apellido' de Nacional, Patrimonio es un organismo publico de origen republicano. Fue Manuel Azaña quien otorgó en 1931 carácter civil a esta institución bajo la denominación de Patrimonio de la República (1931-1940) en sustitución del antiguo Patrimonio de la Corona (1865-1931). Hoy depende del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, emplea a mil doscientas personas y gestiona el Palacio Real, los monasterios del Escorial, Yuste, Las Huelgas, Santa Clara, Las Descalzas o la Encarnación, la ermita de San Antonio de la Florida, los Reales Sitios de Aranjuez, La Granja, La Almudaina en Mallorca o Los Reales Alcázares de Sevilla. A partir de 1873, con la I República, ya se revirtió la situación y se concretó que los bienes de la Corona fueran de todos los españoles. También el Gobierno de Manuel Azaña fue el primero en proponer la creación un museo próximo al Palacio Real, para exponer los fondos de almacenes y colecciones sin cabida en palacio, proyecto se frustró dos meses después del estallido de la Guerra Civil.
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