El gran teatro del mundo, y de Calderón

Aunque la idea del mundo como un gran teatro se había planteando desde la Antigüedad, con Calderón de la Barca adquiere una dimensión literaria y metateatral que hace de su auto sacramental 'El gran teatro del mundo' una de las producciones teatrales más importantes del Siglo de Oro.

Con ella visita este viernes la Compañía Nacional de Teatro Clásico –a las 20.00 horas– el Bretón de los Herreros de Logroño, y con ella se despide Lluís Homar como director artístico de la mencionada institución.

Pedro Calderón de la Barca, hijo de la Contrarreforma y sabedor del gran poder del teatro, crea en esta obra un imaginario escénico inédito hasta ese momento. Lo conjuga con versos de extraordinaria belleza cargados de reflexiones espirituales y filosóficas de enorme profundidad que ocupaban las mentes de sus conciudadanos de la época y que hoy continúan vigentes, dado que apelan a lo puramente humano.

Se trata del auto sacramental más famoso de Calderón (escribió unos 80), destinado en su momento a representarse durante la celebración del Corpus Christi. De hecho, tras el Concilio de Trento este tipo de dramas litúrgicos habían adquirido una gran importancia para subrayar los valores de la eucaristía dentro de la Iglesia, que no aceptaba los preceptos de la Reforma.

'El gran teatro del mundo' arranca con la visita de Dios al mundo para organizar una función teatral con la raza humana como actores y la Ley de Gracia como apuntador. Cada actor deberá representar su papel de la manera más virtuosa posible y sin ensayo previo, puesto que la ocasión de vivir es única y sin remedio. Al final de la representación llegará la esperada cena que el Autor promete para quienes hayan representado bien sus papeles; será el verdadero momento eucarístico del auto.

Aunque con un propósito catequizante, «la obra es lúdica, humorística, cruel, misteriosa y, en un sentido, laica, en tanto que es genuinamente teatral», según palabras de la dramaturga Brenda Escobedo, autora de la adaptación del texto.

Sobre este gran escenario de la vida aparecen personajes alegóricos como la Hermosura, la Discreción, el Pobre, el Rico, el Labrador... interpretados en este montaje de la Compañía de Teatro Clásico por Clara Altarribia, Pablo Chaves, Malena Casado, Antonio Comas, Carlota Gaviño, Pilar Gómez, Yolanda de la Hoz, Jorge Merino, Aisa Pérez, Chupi Llorente y Pablo Sánchez.

La ambientación musical que hace en directo Pablo Sánchez, bajo la dirección de Xavier Albertí, se acompasa con el ritmo de la acción y el tono de las emociones. La reflexión sobre la naturaleza de nuestra existencia corre a cargo del espectador.