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Con sus 122 años y 90 días, la iraní Fatemeh Norouzi Karizi podría ser la mujer viva más longeva de mundo. Nacida el 23 de septiembre de 1899 en la ciudad de Torbat-e-Jam, en la provincia de Razavi Khorasan, al noreste de Irán, ... Fatemeh es además la persona de más edad que ha recibido la vacuna contra el coronavirus. Si su edad se confirma oficialmente, como parece que será, está a solo 74 días de batir el récord de longevidad que estableció la supercentenaria francesa Jeanne Calment, fallecida en 1997 con 122 años y 164 días.
Analfabeta, tatarabuela, con el rostro surcado de profundas arrugas y una mirada cansada de haber visto tanto, la superabuela iraní no ha salido jamás de su localidad y asegura que su vida ha sido dura. Se mueve con dificultad y necesita algo de ayuda para caminar. Tiene problemas cardiacos y ha superado dos ataques cerebrales. Pero conserva ágil la mente, la vista y el oído. Mantiene el apetito y su centenaria dentadura aún puede masticar alimentos como el pan ácimo, según se aprecia en las imágenes de una tele local.
Para probar su edad, Fatemeh mostró ante las cámaras su documento de identidad en unas imágenes grabadas el sábado pasado y en las que cuenta lo larga que ha sido su peripecia vital. «Durante todos estos años he tenido una vida dura y difícil. No he estado en ningún otro sitio que no sea este, y no sé leer ni escribir. Me he quedado en la casa. Si pasa algo en el mundo, no me entero», reconocía ataviada con el ropaje tradicional de su región y sentada en el suelo del salón familiar.
La mujer, que se casó hace un siglo, vive ahora con su hijo Abdol-Vahed Harati, que se encarga de cuidarla. Tiene tataranietos, y lamenta no haber podido ver a sus familiares con regularidad desde que comenzó la pandemia. «Con el coronavirus, nuestros hijos vienen a visitarla mucho menos que antes. La ven cada dos o tres meses. No me atrevo a traerlos antes. Vienen, preguntan cómo está y se van», explicó Harati.
La persona de mayor edad verificada de forma independiente desde que hay registros fue Jeanne Calment, la primera «abuela del mundo», fallecida en 1997 en Arlés, al sur de Francia, con 122 años y 164 días. Nacida en 1875, con 21 años contrajo matrimonio con su primo Fernand, tuvieron una única hija y un solo nieto. Hasta los 110 años Calment vivió sola en su apartamento de Arlés, pero en 1985 ingresó en una residencia de ancianos. En 1993, el libro Guinness de los récords la reconoció como decana de la humanidad.
Así las cosas, Fatemeh Norouzi estaba ayer a menos de 80 días de superar el récord de la superabuela francesa. Ambas rompieron el 'techo de cristal' de la longevidad humana, fijado por un equipo de investigadores holandeses en 115,7 años para las mujeres y 114,1 años para los hombres, a pesar del aumento de la esperanza de vida. De las cien persona más añosas del mundo, solo seis son varones y las 36 primeras son mujeres.
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