De 'Física o Química' a crear una escuela en Kenia

- De 'Física o Química' a una aldea de Kenia. ¿Cómo fue ese momento en que tomó la determinación de dar el salto a África?

-Bueno, en realidad, nunca he dejado la interpretación. No es tanto un salto como una parte más en mi vida, quería hacer algo más a parte de actuar, que me encanta y me apasiona. El momento llegó tras conocer la realidad de un orfanato, donde palpé una situación muy injusta durante un viaje muy especial que hice a Marruecos. Supe que tenía que hacer algo, que no volvería a estar tranquila si miraba hacia otro lado.

- Llegó al África negra sin conocer el idioma, con un diccionario en la mano...

- Sí, no tenía ni idea de inglés, ni de la nueva cultura que empezaba a conocer, ni de lo que me iba a venir por delante. Tampoco tenía ni idea de cómo se creaba una ong, de leyes, de contabilidad... sólo sabía que tenía que hacerlo. Y con mucho esfuerzo y perseverancia, fui resolviendo cada problema.

- ¿Qué fue lo que hizo 'click' en su cabeza?

- Llevaba tiempo latiendo algo dentro de mí que no sabía escuchar. Todos estamos en esta vida para algo o al menos así pienso yo. Cada uno tiene su misión. La mía empezaba a sentirla, pero no conseguía darle forma. Creo que los miedos no me dejaban verlo. El libro 'Donde tus sueños te lleven, de Javier Iriondo, me hizo mirar hacia los sueños y empezar a darle forma a lo que quería, que en primer lugar, era saber quién era y qué hago aquí.

-Y de tomar la decisión de cumplir sus sueños a crear una escuela en África...

-Sí, creo que todos y cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad de hacer que este mundo sea más bonito. Cada uno con lo que le haga latir. Para mí son los niños. Y por ellos hago lo que haga falta.

-¿Cuántos niños han escolarizado? ¿Cómo les ha cambiado la vida?

-Actualmente tenemos 205 niños y niñas. Vienen a clase, desayunan y comen cada día. Antes lo hacían una vez cada dos días. Es mucho trabajo, muchas horas, pero tengo claro que estoy haciendo lo que quiero y eso es lo más importante.

-Háblenos de Ryan.

-Es el niño del orfanato del que me enamoré. Me impresionó tanto su tristeza que decidí visitarle todos los días durante toda mi estancia en Marruecos. Tenía 3 años y casi no sabía andar porque casi nunca le sacaban de la cuna. Cuando mis vacaciones se acababan y tenía que volver a España me sentí la persona más egoísta del mundo. No podía explicarle a Ryan que no era por él. Así que ahí fue cuando mi amiga María Fábregas y yo decidimos que teníamos que hacer algo y creamos la ong Idea Libre.

-¿Qué les diría a quienes como usted tienen un sueño, pero tienen miedo a dar el salto?

- Que se atrevan. Que no esperen a estar seguros, porque seguramente nunca lo estén. Que no esperen a dejar de tener miedo, porque seguramente el miedo vaya con ellos. Pero que lo hagan. Que vayan a por todas. Que si se tienen que caer, que se caigan yendo detrás de lo que quieren, y nunca detrás del miedo.

-¿Vamos aplazando nuestros sueños como si fuéramos inmortales?

- Sí, muchos creen que esto es para siempre. Y esto se puede acabar ahora mismo. Esto es así. Y aunque parezca terrorífico pensarlo, es lo que puede hacer que vivamos una vida intensa, llena de retos, de aventuras. La vida es una aventura en sí, hagamos que sea la mejor de las aventuras. Sin excusas.

- Javier Iriondo le inspiró a usted y usted ha inspirado a otros como al logroñés Eduardo Aguado. ¿Qué le parece la iniciativa que ha organizado en Logroño?

-Me parece precioso!! Más gente como Eduardo en el mundo, por favor!!

-¿Va participar en la carrera?

-Por supuesto.