«Bebo a la raíz de la existencia si acercas tu boca a la mía, si acercas tu boca, que llenará mi cuerpo de tu vida. Retenme, sé tú mi límite», canta Soleá Morente con su proyecto Prado Negro interpretando un poema de José ... Ángel Valente. Realmente es lo que parecía pensar la artista mirando al actor que la acompaña en el videoclip 'Iba a decírtelo' (una de las canciones de lo que será su nuevo disco), en la escena que se grabó este viernes bajo la lluvia en el campo de golf Moncalvillo Green de Sojuela.
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Durante todo el fin de semana Soleá Morente rodará con el director riojano Juanma Carrillo en espacios naturales de La Rioja como las peñas y el chorrón de Viguera, la ermita de Nuestra Señora de la Antigua de Alberite y la gravera de Murillo de Calahorra. La Rioja Film Commission forma parte del equipo de producción, cuyo 50% son técnicos riojanos. Anteriormente Juanma Carrillo ya había rodado videoclips en La Rioja, con La Bien Querida en Albelda y La Casa Azul en Leiva.
«Ni siquiera tuve que convencer a Soleá para venir a La Rioja, venir es un regalo. Cuando escuché la canción me vinieron muchas imágenes a la mente y siempre tengo a La Rioja ahí», explicaba Juanma Carrillo. «Hay partes complicadas y La Rioja tiene un material humano muy importante, no solo el paisaje, aquí hay mucha gente dispuesta a arrimar el hombro», añadía el director. Para él, «Soleá es una artista con tantas aristas, tantas influencias, que pensé en la arquitectura, la poesía visual, como el lago del campo de golf, donde recreamos a Narciso y a Eco, la ermita de Alberite, que parece Brasilia, o la gravera de Murillo de Calahorra le podían venir bien».
JUANMA CARRILLO
SOLEÁ MORENTE
'Iba a decírtelo' será una de las primera canciones del cuarto disco en solitario de Soleá Morente, cuyo título parece ser 'Aurora y Enrique', en homenaje a sus padres (Enrique Morente y Aurora Carbonell). El tema es una composición propia que la artista, afirma, compuso durante el confinamiento de hace un año. «Una vez más le cantamos al amor, que es importantísimo para vivir y componer, pero esta vez le canto a una relación de amor basada en la impotencia, en aquello que no te atreves a decir, lo que quiero transmitir es que uno diga lo que realmente siente, que no se quede con la espinita», describía Soleá Morente, señalando que «en el disco transmito diversos mensajes y este es el primero, un estado de melancolía e impotencia, creo que por los que estamos pasando todos actualmente».
Una estética, un personaje, una textura diferente pero, «por supuesto, inspirándome en la vida», confesaba Soleá, quien también, sobre su evolución del flamenco-rock hacia el pop, admitía: «No descarto nada, soy muy inquieta culturalmente, leo a muchos poetas y escucho mucha música diferente, así que no sé a dónde iré a parar artísticamente».
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