Señales de luz en la oscuridad

En mitad de la noche negra, la luna llena, perfecta y majestuosa, emerge lentamente por el este. Alguien la está esperando más allá de la fortaleza para prender con ella una almenara. Como vigilantes nocturnos han captado el imponente plenilunio que parece al alcance de la mano, la hermosura remota de la Vía Láctea, la silenciosa lluvia de estrellas sobre el paisaje dormido, decenas de instantes precisos y preciosos ocurridos a escondidas. Como fareros, los han convertido en señales de luz en la oscuridad.

Todo un símbolo, perseguir imágenes hermosas y darles un fin solidario. La asociación sociocultural Fotoadictos ha publicado 'El paisaje nocturno de La Rioja', un libro patrocinado por el Gobierno autonómico a beneficio de FARO (Asociación de Familiares y Amigos de Niños con Cáncer). La obra reúne espectaculares fotografías de veintiocho autores locales realizadas durante todo el año a lo largo de la geografía regional y sus siete valles.

El castillo roquero de Clavijo y las auroras sobre el pueblo, la antigua nevera de Grávalos y sus coloridos campos de lavanda, la cueva de Nuño frente a Anguiano, el yacimiento de icnitas de Peñaportillo en las estribaciones de Sierra la Hez, el austero monasterio de Valvanera, el cielo circunpolar sobre la ermita de la Esclavitud de Cihuri y los montes Obarenes, las ruinas de Treguajantes, la ermita del Plano en Leza de Río Leza o el Tejedo y las Peñas del Jubera... son algunos de los paisajes recreados bajo un firmamento casi mágico.

Muestras del rico patrimonio natural e histórico-artístico riojano en armonía con ese otro tesoro inabarcable pero frágil que son los cielos de la Reserva de la Biosfera, Destino Starlight, privilegiados por su aislamiento de los grandes núcleos de población pero amenazados, como tantos, por la contaminación lumínica.

«Captar la luz donde no la hay», esa es precisamente la dificultad de la fotografía nocturna, una de las especialidades técnicamente más complejas, según Juan Manuel Ceballos, presidente y fundador de Fotoadictos La Rioja.

Este colectivo surgió en 2017 como un grupo de fotógrafos no profesionales que buscaban compartir conocimientos y revertir en la sociedad el producto de su afición. Cinco años después se constituyó como asociación que «busca promover la fotografía, la cultural local y el espíritu solidario». Actualmente tiene casi un centenar de socios y un variado programa de actividades.

En este tiempo ha realizado cinco exposiciones benéficas y ha cubierto fotográficamente eventos multitudinarios como la Carrera de la Mujer. El año pasado celebró en Fundación Caja Rioja de Logroño la muestra 'La mirada nocturna 3.0', que recaudó con la venta de sus fotos cerca de dos mil euros destinados íntegramente a la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).

Fue en esa exposición donde surgió la posibilidad de publicar este libro, una obra con edición especial y limitada que «destaca por su calidad artística y por la singularidad temática». Además, han colaborado con sendos textos dos fotógrafos de prestigio internacional, el conquense Mario Rubio y el riojano José Luis Gómez de Francisco, especialistas respectivamente en fotografía nocturna y de naturaleza.

Según cuentan, el fotógrafo es «el primer sorprendido» por el resultado de sus veladas, que a menudo requieren mucho tiempo de planificación y espera para terminar disparando en la oscuridad. Esas noches de observación, bajo la inmensidad de la cúpula celeste «te hacen sentir muy pequeño», dicen. Compartirlas así es lo que les hace grandes.

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