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Aristóteles sostenía que alma y cuerpo no son separables en el ser viviente. Y quizás tampoco lo sea en los libros: un libro destrozado es un libro moribundo al que la esencia se le escapa entre sus páginas exangües. Restaurarlos es cuestión de vida o muerte. Un ejemplar editado en 1546 de ‘De Anima’ (‘Acerca del alma’), un tratado escrito por el filósofo griego en el siglo IV a.C., es uno de los diez volúmenes de la biblioteca del monasterio de San Millán de la Cogolla, Patrimonio de la Humanidad, que están siendo restaurados actualmente en el taller madrileño de Ana Jessen. El convenio que las fundaciones San Millán e Iberdrola mantienen desde 2013 ha recibido para ello una nueva inyección de 16.000 euros por parte de la compañía eléctrica y 1.500 de la Fundación.
Hay también un ‘Hymnorum recognitio’ del humanista Antonio de Nebrija editado por sus herederos en 1534; un ‘Opuscula’ de san Anselmo de 1547; un tratado del teólogo Alcuino de York de 1617; un ‘Catecismo provechoso’ de 1562 del escritor místico del Siglo de Oro san Alonso de Orozco; dos corpus canónicos de 1550 y 1584; un compendio de santos y santuarios de La Rioja del capuchino riojano Mateo de Anguiano de 1701; y sendas obras de los benedictinos Juan de Castiñaza y Prudencio de Sandoval sobre santa Gertrudis y san Benito de 1599 y 1601 respectivamente.
Los hay con encuadernación blanda en pergamino y dos de ellos del gótico tardío en piel con tapas de madera que requieren ser restaurados tanto en la cubierta como en el cuerpo mismo del libro, incluida la pérdida de soporte en sus páginas. Es la última remesa salida de la biblioteca de Yuso para su recuperación en el taller del barrio de Salamanca donde unos cuatrocientos volúmenes han sido restaurados ya durante estos años. A tres semanas de meticuloso y delicado trabajo por libro por término medio, se espera que estos estén de regreso en San Millán el próximo otoño. Casi como nuevos.
En ese complejo proceso se encuentra ‘De Anima’, el mencionado libro de Aristóteles. «La encuadernación presenta mal estado de conservación -observa Jessen-. La cubierta se ha desprendido debido a la rotura de la piel de los nervios. Solo está sujeta al cuerpo del libro por los nervios de la cubierta trasera y el núcleo de las cabezadas cosidas al libro. Además ha perdido soporte en la tapa trasera. También el lomo y tapa delantera sufren desgarros tapados con cinta adhesiva. Presenta mucha suciedad general, desgarros y deshidratación. Se aprecian restos de huellas de cierres en la cubierta delantera. Y carece de guardas y contraguardas delanteras y traseras».
Hymnorum recognitio , de Nebrija (año de edición, 1534)
Opuscula , san Anselmo (1547)
Opera quae hactenus... B Flacci Albini , Alcuino (1617)
De anima , Aristóteles (1546)
Liber orthodoxis ómnibus perutiles , Alonso de Orozco (1562)
Corpus iuris canonici . Decretales (1550)
Corpus iuris canonici. Decretales. Clementinae. Extravagantes (1584)
Compendio historial de la Provincia de la Rioja, de sus santos y santuarios , Mateo de Anguiano (1701)
Insinuationum divinae pietatis… Sanctae Gertrudis , Juan de Castiñaza (1599)
Primera parte de las fundaciones de los monasterios de San Benito , Prudencio de Sandoval (1601)
El cuerpo del libro, por su parte, se encuentra en bastante mejor estado: «Aparecen esquinas dobladas. Suciedad de polvo, manchas de origen desconocido, así como desgarros y pérdida de soporte en algunas páginas interiores. También falta de soporte en páginas interiores».
Y cómo salvarlo: «Primero -explica la restauradora- se desmonta el cuerpo del libro entero para limpiar en seco todas las hojas una por una con goma de borrar no grasa y con una brocha de pelo suave. Después se introduce en la cámara de humectación y luego en la prensa para dar fuerza al papel, quitar las malas formaciones y planchar las esquinas. Los desgarros y pérdida de soporte de las hojas interiores se restauran con papel japonés y metilcelulosa».
Una vez restaurado el cuerpo del libro: «Se vuelve a coser con tres dobles nervios de piel de zumaque, como en origen, hilo de algodón cien por cien y cola blanca neutra. Se cosen las cabezadas como las originales con hilo de lino cien por cien. Se colocan guardas y contraguardas de papel verjurado antiguo en la delantera y parte trasera. Se enloma pegando en los entrenervios tela de algodón con cola neutra y reversible».
Por otro lado: «La encuadernación original se limpia en profundidad y se mete en la cámara de humectación y prensa para hidratarla y quitar las arrugas. Después se injerta con pergamino antiguo y cola de esturión la zona perdida de la tapa trasera. En el caso que el tamaño de la encuadernación original no cubra el cuerpo del libro se hace una nueva encuadernación de pergamino flexible copiando la original. Y después se mete el cuerpo del libro en las tapas. Se pegan nuevas guardas de papel antiguo verjurado. Y se rotula con tinta china y plumilla el título y autor».
Así, página a página, libro a libro, Ana Jessen va recuperando los enfermos más graves de la biblioteca de Yuso. Así, haciendo posible que tengan una segunda y larga vida, quizás también esté salvando el alma de estos ejemplares únicos. Y, con ellos, el alma misma de un lugar singular que es en sí un emblema para el mundo.
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