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María Rozalén y Bea Romero. SOL DE INVIERNO
Rozalén pinta Viniegra de violeta
Sierra Sonora

Rozalén pinta Viniegra de violeta

La cantante albaceteña protagonizó con su música y su implicación con el mundo rural el quinto aniversario del festival viniegrés

J. SAINZ

Martes, 17 de septiembre 2024, 10:05

Por alguna razón, Viniegra de Abajo está lleno de puertas verdes. Se cuenta que un antiguo albañil del pueblo compró mucha pintura de ese color y cada vez que le hacían un encargo la utilizaba, hasta que la gastó. Pero desde el sábado hay una puerta más, imaginaria pero inolvidable, pintada de violeta. Es la que abrió Rozalén para entrar en el corazón de sus gentes en una hermosa velada en la que la música selló verdaderos lazos de amistad entre la cantante albaceteña y la localidad riojana.

El festival Sierra Sonora, todo un referente nacional de la lucha contra la despoblación rural a través de la cultura, celebró su quinto aniversario con una edición especial en la que la artista, Premio de las Músicas Actuales, fue protagonista sobre el escenario y fuera de él por su sincera implicación con la filosofía del evento y por su complicidad con los viniegreses. Con las viniegresas en particular, que son quienes la habían invitado personalmente a través de un emotivo vídeo.

Sierra Sonora, que desde sus comienzos en agosto de 2020 ha visto y escuchado en sus quince ediciones anteriores a numerosas figuras de la escena musical española, tenía ganas de Rozalén y viceversa. Y el encuentro superó las expectativas. La jornada había comenzado a mediodía con el dúo folclórico burgalés Fetén Fetén y el dj David van Bylen. Y, ya por la tarde, el pueblo entero se volcó con la cantante.

Medio millar de personas llenaron el jardín de Casa Montero en una fiesta en la que sus canciones y su voz sirvieron para cosas hermosas como celebrar la amistad, espantar temores y amenazas, recordar la cultura popular y a los abuelos o simplemente bailar y sacudir así ese frío serrano que se mete en el cuerpo en cuanto cae el sol.

Para Rozalén era el día después de un gran concierto en Santander y su actuación en Viniegra suponía un paréntesis en la gira de su último disco, 'El abrazo'. Pero ella se tomó la plaza como una principal y se presentó en acústico acompañada por casi toda su formación habitual (dos guitarras, teclados y percusión), además de su inseparable Bea Romero (intérprete de signos), y cuatro artistas invitados: Jorge Arribas y Diego Galaz (Fetén Fetén), Idoia y Valeria Castro, que se fueron sucediendo en el escenario a lo largo de las casi dos horas de espectáculo hasta terminar todos juntos.

«Benditas canciones»

«Benditas canciones que expresan lo que sentimos», dijo al comienzo de un variado repaso por su repertorio: 'Lo tengo claro', 'Sácame la pena', 'La cara amable del mundo', 'Vuelves' y 'Ese tren' fueron las primeras en mostrar el tono vitalista de un cantautora que se distingue por devolver los golpes con una caricia y cantar siempre sonriente. 'Entonces', un tema delicioso que habla del amor a los pueblos, marcó un momento de estrecha conexión con el público.

Y ese vínculo ya no se desató: con Idoia sonaron 'Xalbadorren heriotzean' y 'Cantar a la vida'; con Valeria, 'Guerrera', dedica a la madre, a la niña, a la abuela; y con Fetén Fetén, 'Dame una cita'. Luego llegaron las jotas, las rumbas, las cumbias y, con ellas, el baile y la fiesta final. La despedida fue con algunos de sus éxitos: 'Girasoles', 'Todo sigue igual' y, por supuesto, 'La puerta violeta'.

A través de ella Rozalén ha entrado en la historia de Sierra Sonora y de un pueblo vivo donde encontrar cobijo: «Dibujé una puerta violeta en la pared y al entrar me liberé como se despliega la vela de un barco. Desperté en un prado verde muy lejos de aquí. Corrí, grité, reí. Sé lo que no quiero. Ahora estoy a salvo». En Viniegra.

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