El Rockland se pone serio en su segundo día

La segunda jornada del RockLand Art Fest en Santo Domingo de la Calzada ha estado dividida en dos partes. Al mediodía los festivaleros se trasladaron al centro de la ciudad para disfrutar del vermú rockero que se celebró en el quiosco del Paseo del Espolón, como un preámbulo de lo que la noche traería horas más tarde, con Offspring como cabeza de cartel.

Los irregulares horarios que marcaba el programa fueron seguidos con pulcritud por los grupos participantes, así como ocurrió la noche anterior.

Aunque en la jornada inaugural la mayor parte del público llegó en el ecuador del cartel (posiblemente en parte porque era viernes y los curtidos festivaleros trabajaban), el segundo día nadie quiso perderse un solo segundo, por lo que al inicio del concierto de Supercremalleras el aforo casi había cubierto ya el 50% del suelo.

El segundo día más de la mitad de laentrada ya estaba en el concierto de Supercremalleras

También el ambiente se tornó más oscuro. Los colores y los gorros de paja dieron paso a muchas camisetas negras, rockeros tradicionales barbudos que llegaban atraídos, principalmente, por Himalayas y The Hellacopters.

Por cierto, un espacio cubierto desde el primer día por un molesto y enorme plástico azul que multiplicaba el calor y que por momentos parecía estar cubierto de algún tipo de adhesivo a causa de los previsibles derrames de los vasos, lo que propició más de un traspié.

La alegría de la banda de rock vizcaína dio paso a Himalayas, un grupo rockero de Cardiff en Gales, con un enérgico directo guiado por los acordes de un bajo como eje de su interpretación que creó una interesante atmósfera oscura con sus graves sonidos.

Un grupo que ofreció una versión más 'seria' del rock británico escuchado en el festival, en el que sonó un buen abanico de estilos rockeros, con ese toque elegante que caracteriza a los vecinos ingleses. Desde el grupo revelación del festival, The Sports Team, hasta la indiscutible calidad de Franz Ferdinand ofrece de forma indiscutible uno de los mejores directos del momento.

Cuando empezaron a sonar los primeros acordes de The Hellacopters ya no cabía un alfiler en las primeras filas, aunque en ningún momento hubo aglomeraciones durante todo el festival. El grupo sueco, con decenas de fieles que acudieron al festival únicamente para presenciarlos, no defraudaron. Ofrecieron un rock and roll puro y un repertorio imbatible, un auténtico espectáculo de altísimo nivel que fue disfrutado por todos. Guitarras en su esencia más pura y jugando con el hard rock en todo momento.

Tras esta atmósfera electrizante aparecieron Crystal Fighters con su psicodelia colorista y vitaminada y llenando el escenario de plantas. Con la boca abierta les recibieron los miles de asistentes tras un inicio a ritmo de txalaparta. Explosión hippi de fusión entre ritmos africanos y su baile desinhibido que invitaba al misticismo.

Y por fin llegaron The Offspring aponer la guinda a un pastel que comenzó muy serio pero finalizó con un elevado optimismo. Los californianos comenzaron con Come Out and Play (Keep 'Em Separated), un clásico para levantar al respetable y continuaron intercalando temas de su aclamadísimo Smash con álbumes más recientes. En el ecuador de la actuación llegó otro de los más esperados, Bad Habit,en el que introdujeron un diálogo con alusiones al público entre Holland y Noodles. Finalizó con mucho guitarreo, esta vez más alegre, y los miles de asistentes se despidieron de la zona principal del festival con una sonrisa.

Finalizó la noche por todo lo alto los conciertos de una edición difícilmente superable en un entorno tan accesible, familiar y en el que la organización brilló por su buen hacer.