Secciones
Servicios
Destacamos
Juan Lobo, la Quimera, el García, la Guarida, el Beso, la Amistad, la Madriguera de Guirimbi, el Charro, el Soldado de Tudelilla, el Embaucador, el Clandestino, el Círculo Logroñés, el Bar de Manuel, el Olimpia, el Bule, la Odisea, el Tirador, Tres 60, el Barrio... La lista podría ser interminable, pero una muestra también puede bastar. 'Logroño en 20 bares' es una exposición de la Casa de la Imagen centrada en una selección de locales muy populares. Un ejercicio práctico para sus alumnos del curso superior de fotografía y, al mismo tiempo, un retrato de la ciudad.
Logroño 20 Bares exposición de alumnos del curso superior de fotografía de la Casa de la Imagen
Autores Fernando Azparren Cabezón, Julieta Basanta Barnuevo, Ana Burgos Pérez, Beatriz Jubera García, Andrea Méndez Alido y Adrián Monea
Casa de la Imagen hasta el 31 de mayo (de lunes a viernes de 18 a 20.30 horas)
Fernando Azparren Cabezón, Julieta Basanta Barnuevo, Ana Burgos Pérez, Beatriz Jubera García, Andrea Méndez Alido y Adrian Monea han recogido con una cámara de altísima resolución las fachadas, los trabajadores y, en algunos casos, también a los parroquianos de veinte bares, componiendo «un relato sobre dónde y cómo nos relacionamos, como animales sociales que somos», explica Jesús Rocandio, director de la Casa de la Imagen.
La exposición, con copias de gran tamaño se complementa con un vídeo fotográfico que documenta la vida de estos bares. Según Adrian Monea, uno de los autores: «La gestación de este proyecto vino dada después de una difícil lluvia de ideas; pero vimos claro que Logroño llamaba a la imagen de los bares, al igual que los bares llamaban a Logroño».
1 /
El trabajo combina retrato humano y retrato del espacio. «Cómo conviven y se complementan, cómo se mantienen el uno al otro y lo que ambos reflejan el uno del otro». La parte humana, los retratos, son en blanco y negro, «asumiendo que esto dota de cierto aire de perpetuidad y solemnidad; el alma del bar es la gente, sus trabajadores». Y la arquitectura, el esqueleto cambiante, es en color, «tal vez por mera frontera estética e ideológica, y por dotar al espacio vacío y carente de expresión en sí mismo, por falta de humanidad, de un lenguaje y expresión propios como es el color».
El resultado da una imagen variada y ecléctica de la clase de bares de la ciudad: de Laurel y San Juan a los parques, del bar de barrio a los locales más modernos, de las barras a las terrazas... Solo una muestra dentro de un gran mosaico, pero retrato de una ciudad diversa y de sus gentes.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
Sergio Martínez | Logroño
Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.