Cuando sales de Ribafrecha en dirección a Soto en Cameros por la carretera LR 250, hacia el kilómetro 15, enclavado entre las localidades de Clavijo y Leza de Río Leza, a poco más de veinte kilómetros de Logroño, si no prestas detenidamente atención a la ... derecha pasas de largo dejando colgado como un nido de águilas el Monasterio de San Prudencio en ruinas, enrocado en un paraje inhóspito y agreste en una hondonada del Monte Laturce, muriendo poco a poco, dejado de la mano de Dios y de sus creaturas. Su estado de abandono absoluto no consigue hacernos olvidar que aun en la actualidad alberga las ruinas de una primitiva iglesia de finales del siglo XII, de tipo cisterciense; las de otra posterior del siglo XVII y las de un enorme caserío que las rodeaba, las cuales van descomponiéndose día a día por las condiciones meteorológicas.

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Este augusto ciborio estuvo bajo la dependencia del Señorío de los Cameros, ya que Don Diego Ximénez lo entregó a los cistercienses el 29 de agosto del año 1181, y dio su apoyo en 1185, para que la iglesia fuera reedificada. Con el paso de los siglos fue ampliándose y nada queda en pie de su primitiva construcción. En el siglo XII-XIII se construyó nuevamente la iglesia de la que queda en la actualidad en parte su puerta en arco abocinado, cubierta de escombros.

Se suele atribuir su declive a la desamortización de Mendizábal, proceso gubernamental de comercialización de tierras y bienes propiedad de la Iglesia católica que se produjo a finales del primer tercio del siglo XIX en España (1836), pero el desguace del monasterio empezó dos décadas antes quedando el lugar abandonado poco a poco a su suerte después de haber sido despojado de todos sus bienes muebles y otros objetos litúrgicos. De manera que sus restos andan dispersos por distintos lugares religiosos de la región, desde el retablo mayor, vendido y trasladado a la iglesia de San Millán de Barriobusto (Álava) en el año 1821. O las reliquias que se encuentran en una de las capillas laterales de la concatedral de Santa María La Redonda, llamada Capilla de las Reliquias y de San Pedro, pero más conocida por Capilla de la Milagrosa, debido a la gran talla de la Virgen que se encuentra sobre su altar. De esta macabra rifa se beneficiaron las iglesias de Leza, Soto en Cameros y muchas más aún por indagar, así como colecciones privadas . Es muy probable que el mortal deterioro de este magno lugar haya corrido la misma suerte que pueblos enteros abandonados hoy, desiertos que llegan a sumar en comarcas enteras vaciadas, como cínicamente se dice hoy.

¿Qué sería de la memoria si olvidásemos los monumentos que la representan?

Conscientes de que la realidad económica, social, política y cultural está más centrada en otras prioridades, y también de que esto no es obstáculo para que nos comportemos como ciudadanos movilizados y decididos a participar en la mejora de nuestro entorno desde todos los ángulos, un grupo de ciudadanos hemos decidido actuar con medios limitados, pero muy decididos a hacernos oír para conseguir que las autoridades movilicen recursos que permitan recuperar, a través de un proyecto de rehabilitación al menos parcial, esta joya de nuestra historia. Hoy en día se habla mucho de la memoria, pero ¿qué sería de ella si olvidamos los elementos monumentales que la representan? Esta forma de participar en los asuntos culturales la entendemos como un acto esencialmente democrático que lleva nuestra iniciativa al corazón de lo que debe ser la acción política.

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Si es fácil ver el interés de asociar a los habitantes de un barrio a un proyecto local, o el interés de asociar a la población a mayor escala, es igual de válido reunirlos para salvar un monumento histórico de gran importancia de una muerte segura. No es difícil imaginarse del efecto tractor en el terreno económico que la valorización del monasterio supondría para el Camero Viejo, para los valles de los ríos Leza e Iregua en su conjunto, puesto que la cultura juega un rol esencial en el desarrollo económico.

Queremos poner de manifiesto la importancia de preservar nuestro patrimonio histórico-cultural. El patrimonio histórico son las raíces que sustentan al árbol de la humanidad. Son elementos vivos sobre los que construimos nuestra identidad como pueblo y como personas. Si todo nuestro patrimonio se borrase de golpe de nuestra vida perderíamos nuestra esencia, nuestro sentimiento de ser parte de un lugar, una cultura, un contexto. El patrimonio tiene un papel protagonista en nuestra vida desde el primer minuto. Conocemos la historia de nuestro patrimonio más cercano, paseamos por él y transmitimos esas historias que forman parte de nuestra raíz más profunda cuando nos alejamos y socializamos con gente nueva.

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Los ciudadanos deben poder implicarse en las cuestiones que les preocupan y en los temas que les interesan. Corresponde a los responsables políticos velar por que, a todos los niveles, existan medios de intercambio para que los responsables y los ciudadanos puedan construir juntos el mundo de mañana. ¿Veremos un día por las carreteras que lindan con el monasterio un cartel que indique 'Abierto por obras' o actualmente siquiera anuncio alguno del lugar? Es decir que tomando ejemplos como el de la restauración de la catedral de Santa María de Vitoria, visitantes vengan a ver con sus propios ojos los pasos y la complejidad responsable con la que se resucita un espacio sin igual.

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