Refugiados

A raíz de la presencia de las hermanas Rahimi en Extremadura surgió la idea de abordar un proyecto audiovisual enfocado sobre la migración como mensajera de costumbres e idiosincrasias de otros pueblos y su impacto en nuestra ciudadanía. Un simple boceto que condujo a Juan Antonio a plantearse un guion ambicioso a través del cual pudiera exponer en imágenes el choque cultural y los miedos entre los recién llegados y los españoles.

Para ello, el realizador fraguó su documentación acudiendo a los centros de refugiados para conocer a fondo su burocracia y recoger experiencias. La suerte le acompañó al descubrir en un barrio periférico de Sevilla un extrovertido edificio de rayas blancas y negras que había sido un club de alterne de prestigio reconvertido ahora en refugio de acogida.

Un local de bienvenida que para los migrantes significa su primera estancia y les permite entrar en un programa de tres fases para su adaptabilidad al nuevo entorno. Aquí se concentran gentes que buscan oportunidades o huyen de países en guerra, sorprendidas por las libertades de nuestra sociedad. Las más animosas apuestan por la interculturalidad. Otras, temen el rechazo y recelan de lo desconocido.

La película tiene una textura visual muy cinematográfica y su gran reflexión es que viendo a los refugiados su imagen replica en un espejo que nos ofrece un retrato de nosotros mismos.