¿En qué redes sociales están tus hijos?

El informe de UNICEF 'Impacto de la Tecnología en la Adolescencia', elaborado con la colaboración de la Universidad de Santiago de Compostela y con una muestra de casi 42.000 adolescentes entre 11 y 18 años en todo el territorio nacional, resalta entre sus conclusiones que el uso persistente e indiscriminado de Internet implica una serie de riesgos que no debemos obviar.

En el caso concreto de las redes sociales, destaca el componente relacional con la que los adolescentes encuestados las perciben. Más de la mitad de ellos confiesan que las utilizan para «hacer amigos» y casi un 45% «para no sentirse solos». Precisamente esta laxitud en las relaciones que provocan las redes sociales constituye un caldo de cultivo perfecto para algunos de los más típicos abusos presentes en la Red. Por ejemplo, el 57,2% de los encuestados admitió haber aceptado la amistad de personas que no conocían previamente en alguna red social e incluso el 21,5% llegó a quedar físicamente con ellas en alguna ocasión. Ahora pues parecen entenderse mejor algunas cifras que ya son preocupantes por sí mismas, ya que el 26,8% practicó alguna vez 'sexting' pasivo, es decir, recibieron imágenes de contenido sexual de otros usuarios.

En el caso del 'sexting' activo (envíar dichas imágenes), el porcentaje cae hasta el 8%. Donde no obtenemos cifras concluyentes es en el caso del 'grooming', otro fenómeno común según el cual un adulto oculta su identidad haciéndose pasar por alguien más joven para acosar a un menor. Con todo, el contacto con desconocidos es, sin duda, habitual como demuestra que uno de cada diez (9,8%) ha llegado a recibir proposiciones sexuales de un adulto a través de la Red. Normalmente las chicas son objeto de estas proposiciones mucho más frecuentemente que los chicos, mientras que se observa un consumo de pornografía mucho mayor en el sexo masculino. Con todo, estas tasas crecen exponencialmente durante la segunda etapa de la ESO (3º y 4º), donde las prácticas de riesgo son mucho más comunes.

Estas cifras probablemente causan más sorpresa si las comparamos con la escasa supervisión que parecen estar ejerciendo madres y padres. De hecho, menos del 30% de los adolescentes encuestados refieren que sus padres les ponen normas en el uso de nuevas tecnologías; un 24% que les limitan las horas de uso y tan solo el 13,2% les vigilan los contenidos a los que acceden. Sin embargo, uno de cuatro encuestados admite discutir todas las semanas en casa por el uso del móvil y un 36,7% advierte de que sus padres acostumbran a usar el móvil en las comidas.

Con todo, se observa un uso de las redes sociales obviamente distinto al de los adultos, ya que las más tradicionales (Facebook o Twitter) se ven relegadas a favor de otras como Tik Tok o Twitch. Además, un 83,5% admite estar registrado en al menos tres redes sociales y un 61,5%, tener varias cuentas o perfiles en una misma red social.

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