El recuerdo de la esencia logroñesa a través de sus bares

«La Rosaleda era muchas cosas, pero entre ellas era un bar». Con estas palabras comenzaba este viernes el encuentro vespertino entre la directora de la Biblioteca Rafael Azcona, Esther Felipe, y el periodista y escritor Jorge Alacid, autor de 'Logroño en sus bares', en el nuevo espacio de lectura inaugurado en El Espolón.

Una entrañable charla que, por el lugar escogido, recordó la memoria de los principales bares de la capital riojana, y compartió reflexiones y correlaciones entre estos estalecimientos y la literatura. Porque, como se resaltó durante la presentación, bares y libros tienen puntos en común. «Los bares, las bibliotecas o el espacio que inauguramos hoy –por ayer– disponen de una cierta conexión con la parte hedonista de nosotros mismos. Son como un templo», apuntó Alacid.

Sobre todo, porque los bares son los lugares que elegimos para el (re)encuentro, el disfrute y, por qué no, también para la imaginación. «Hay un fenómeno que he experimentado en muchos bares en el que, de repente, me reencuentro con mi auténtico yo, con mi infancia y adolescencia, porque me vienen oleadas de recuerdos que han configurado mi personalidad», explicaba el autor. A lo que después añadía: «El bar es muchas cosas, como un paso de palomas estupendo, en el que pararse a observar a la gente e imaginarse el tipo de relaciones que se están forjando entre ellos».

Durante la presentación también hubo tiempo para hablar de los locales que ya no están, como Los Leones, al que Alacid calificó como «el lugar que te permitía estar mejor que en casa», así como de su confrontación con los bares de los barrios nuevos, «que no tienen el pedigrí de la memoria o el encanto de estos locales».

Y, tras esta charla, el Trío Chocolate, de Piccolo y Saxo, fue el encargado de poner el broche final a una jornada que evocó a los recuerdos, a la esencia riojana y, en definitiva, a la pasión por la lectura.