«El realismo mágico es la realidad cotidiana en Kenia»
Javier Triana | Periodista y escritor ·
Después de ejercer como corresponsal en el país africano durante tres años, el logroñés publica la crónica 'Matumbo'Secciones
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Javier Triana | Periodista y escritor ·
Después de ejercer como corresponsal en el país africano durante tres años, el logroñés publica la crónica 'Matumbo'Javier Triana, logroñés de 37 años, ejerce de corresponsal en China de la Agencia EFE. Antes trabajó en Filipinas, Turquía y Kenia, donde rodó el ... documental '01.05.12. Una carrera de fondo' y de donde ha extraído el material para escribir el libro 'Matumbo. Una crónica de las entrañas de Kenia' (Los Libros del KO, 2021). Antes publicó con éxito '¡Goool en Las Gaunas!'.
– Después de un libro sobre el CD Logroñés y de un documental sobre el atletismo, sorprende que se haya puesto 'serio' en 'Matumbo'. ¿Por qué?
– Hay temas que merecen contarse con un tono más serio, porque en 'Matumbo' se abordan algunas cuestiones muy graves, como crímenes de lesa humanidad, pero creo que también abundan pasajes contados con sorna o de forma más ligera. El humor es necesario. Por suerte, el mundo no es siempre serio, grave y solemne, sino que cabe bastante guasa. En 'Matumbo' hay hueco para eso. No sé si es mi obra más seria, pero sí la que más trabajo, dedicación e inversión me ha llevado.
– ¿Ha querido escribir su propia historia, a lo Kapuscinski?
– En realidad, la intención era escribir una introducción a Kenia contada a través de los propios kenianos. Y a veces (pocas) aparezco yo. Si alguien se aventura a leer 'Matumbo' pensando que encontrará mis batallitas quizá se lleve una decepción. La buena noticia es que esa decepción es positiva, ya que las historias que cuentan los kenianos son infinitamente más interesantes que mis historietas personales. Otras de las intenciones eran servir de brújula al recién llegado (yo no encontré ningún libro que me ubicara y me diera unas claves para empezar) y que mostrara que no tiene sentido hablar de África como un todo si ya un solo país como Kenia es tremendamente variado. Además, en el libro se tratan temas universales, como el roce entre la tradición y la modernidad, la defensa del medio ambiente, la colonización mental o la lucha feminista.
– Confiesa que no sabía nada de Kenia antes de viajar allí, pero ya le ha propiciado dos obras, un documental y un libro, ¿qué tuvo para usted este país?
– Fue mi primer destino como corresponsal y la plaza en la que más tiempo he estado hasta el momento. En Kenia aprendí muchísimo a nivel profesional y personal, y supongo que tiene también algo del impacto de las primeras veces, que le dejan a uno particularmente marcado.
– Kenia, Filipinas, Turquía... y China en plena pandemia. Cada destino de los que ha tenido como corresponsal parece merecer un libro. ¿Por qué Kenia?
– Estuve muy tentado de escribir algo de Filipinas e, incluso, trabajé unos meses de forma más bien intermitente en algunas historias, pero deseché la idea porque me parecía bastante floja. En Turquía, de alguna forma, intuía que estaba de paso. Y China me parece especialmente inabarcable para hacer un libro de las mismas características que este. Quizá de algún aspecto particular, pero ahora mismo no tengo nada en mente, quiero disfrutar de la salida de 'Matumbo', que entre unas cosas y otras ha llevado varios años. Kenia es el país del que más conocimiento acumulé y tal vez el más desconocido para el público en español. Me parecía lo lógico y, en definitiva, era sobre Kenia de lo que me apetecía escribir.
– ¿Cómo extrae la literatura de la información? Se supone que a los personajes los conoció durante sus tareas informativas y algunos tuvo que dejarlos para el libro, en lugar de para las tomas de la Agencia EFE, ¿no?
– Llamar literatura a 'Matumbo' es un piropo inesperado, y más que probablemente inmerecido. El funcionamiento fue más bien al revés: gracias a mi trabajo para EFE pude conocer a muchas personas que terminaron convirtiéndose en personajes del libro, y después de haber escrito sobre ellos por trabajo, decidí ahondar más, volver a quedar con ellos, desarrollar más sus historias...
– ¿Y hay algo que no se haya atrevido a contar ni con el envoltorio de la posible ficción?
– Hubo personajes que, por desgracia, tuve que dejar fuera, pero hay que aprender a seleccionar y a recortar, y en ese sentido mis editores han hecho un trabajazo centrando más el libro y podando divagaciones accesorias. Y este libro es todo estrictamente no-ficción. El realismo mágico de García Márquez es simplemente la realidad cotidiana en Kenia (y en otros tantos países).
– ¿Le ha dejado Kenia ganas de volver, de escribir otro libro o de las dos cosas?
– Me encantaría volver, claro, pero la vida allí puede resultar dura y no está exenta de riesgos por los que no me apetece volver a pasar. Digamos que, por ahora, volvería de vacaciones o quizá con algún que otro proyecto menos ligado a la actualidad informativa.
– Ciertamente, con el libro se humaniza la profesión informativa. ¿Era parte de su objetivo?
– No me lo había planteado, pero me alegra que haya quien pueda hacer esa lectura. Llevo buena parte de mi vida profesional tratando de desmitificar la figura del corresponsal. Quizá alguien nos vea como unos Kapuscinski que vamos saltando de liana en liana, pero la mayoría somos unos 'pringaos' que pasamos incontables horas delante de un ordenador.
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