San Prudencio no se resigna al olvido
Monasterio de Monte Laturce ·
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Monasterio de Monte Laturce ·
Una asociación a punto de crearse reivindica la recuperación de las ruinas del cenobio de ClavijoComo una nave antigua hundida en el fondo del mar, los restos del monasterio de San Prudencio de Monte Laturce yacen, quizás para siempre, en los riscos de ninguna parte. Una ruina desoladora es todo cuanto queda de aquel cenobio levantado hace mil años en tierras entonces fronterizas, escenario durante siglos de avatares históricos y finalmente abatido por el abandono, el expolio y el peor de los vientos, el olvido. Muy de cuando en cuando, algún lamento emerge de esa nave fantasma y nos obliga a recordar para volver a llorar sobre su pecio. Pero en esta ocasión, un grupo de románticos admiradores del patrimonio 'imposible' se ha propuesto la noble tarea de recuperar San Prudencio, al menos del silencio.
Son los restos de un viejo convento ubicado en la ladera sur de Laturce, en término de Clavijo, en un paraje escarpado e inhóspito. Según el medievalista Javier García Turza, el monasterio «surge hacia el año 925 como consecuencia de los impulsos repobladores efectuados por los monarcas Sancho Garcés y Ordoño II y con el fin último de cristianizar y reorganizar el valle de Leza una vez recuperado a los musulmanes el territorio que hoy es La Rioja».
San Prudencio nunca llegó a ser un cenobio de la influencia de San Millán de la Cogolla o el más próximo San Martín de Albelda, donde a veces tenían que refugiarse sus monjes, pero fue un enclave «notable». Navegó entre las disputas de los reinos de Navarra y Castilla y en 1181 quedó bajo la observancia cisterciense por orden del señor de los Cameros, Diego Jiménez. En el siglo XII se erigió nuevamente la iglesia y en el XVII se construyó otra sobre la anterior, que quedó como cripta.
En el XIX, como tantos otros monasterios, llegaría su fin. Según Ignacio López de Silanes «con la exclaustración del año 1835 por el Gobierno de Mendizábal, el monasterio se convertía en una cantera y un gran campo de ruinas, siendo visitado por los buscadores de tesoros y los bandoleros que hacían sus correrías por los montes de Cameros».
Y allí, contra todo pronóstico, hoy vuelve a brotar una esperanza. El martes se constituirá como asociación un colectivo reunido en torno a la idea de rescatar San Prudencio: «Un grupo de ciudadanos hemos decidido actuar con medios limitados, pero muy decididos a hacernos oír para conseguir que las autoridades movilicen recursos que permitan recuperar, a través de un proyecto de rehabilitación al menos parcial, esta joya de nuestra historia», afirma José Luis Gómez Llanos, uno de sus promotores.
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Además de estudios históricos, entre 2008 y 2011 se llevó a cabo un trabajo con dos campañas sobre el terreno que fue avalado por un proyecto Erasmus y dirigido por los profesores José Manuel Valle Melón y Álvaro Rodríguez Miranda. Sus conclusiones fueron publicadas por el Instituto de Estudios Riojanos con el objetivo de «despertar el interés por el conocimiento del monasterio desde el punto de vista científico y darlo a conocer a la sociedad en general facilitando su recuperación como elemento patrimonial».
Desde entonces San Prudencio ha guardado silencio, casi condenado definitivamente. Pero esta 'liga Laturce', en la que además del psicólogo Gómez Llanos, se encuentran el mencionado García Turza, los también historiadores Mayte Álvarez Clavijo y Diego Téllez, el arqueólogo Mikel Beorlegi, el documentalista del IER Ignacio Peso Echarri y el ensayista Mikäel Gómez Guthart, viene a recuperar al menos el espíritu del patrimonio perdido y la memoria que atesora. Solo el recuerdo nos salva de desaparecer bajo el polvo y la indolencia. Y San Prudencio, aun desde los escombros del tiempo, no se resigna al olvido.
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