«Como profesora tenía ganas de visitar San Millán y lo hice en mitad de una gira»

- ¿Cuál es la historia que se va a representar?

-Es la historia de una mujer que asiste a una sesión de hipnosis y vuelve a su casa hipnotizada. Su experiencia va a conmocionar a su marido, su hija y a su madre, que no llega a creerse que va en serio.

- La abuela, que es usted.

-Sí, llego por sorpresa y me encuentra con una hija que no reconozco.

- ¿Una obra para reírse o reflexionar?

-Es una comedia dramática, pero tiene momentos muy jocosos. Yo pediría al público que se desinhiba y que se ría si tienes ganas.

- ¿Qué le ha aportado este papel?

-He aprendido muchísimo, para mí ha sido un reto porque suponía un registro nuevo. De repente, me convierto en un hereje impertinente, una señora nada amable. Ni simpática, ni agradable, que no está dispuesta a admitir que su hija tiene un comportamiento raro porque está hipnotizada.

-¿Es un papel muy diferente?

-La última vez que estuve en Logroño hice de una prostituta en 'La asamblea de las mujeres', en la versión del clásico de Aristófanes. Pero también he llegado a ser una loca fugada de una residencia de ancianos y he hecho varias veces la Casa de Bernarda Alba. Gracias a dios he tenido muchas oportunidades.

- Vuelve a un teatro familiar para usted.

-Sí, el Teatro Bretón me gusta muchísimo, como también me gusta La Rioja. La primera vez que vine fue en 1992, era cuando prácticamente empezaba..., en esa época las compañías se quedaban dos semanas y yo las aproveché para escaparme y recorrer La Rioja. Por su puesto me fui a San Millán de la Cogolla, a Suso y Yuso, porque yo he sido mucho años profesora de instituto y tenía ganas de visitarlo. Pero también estuve en Santa María la Real, en la catedral de Santo Domingo... Logroño lo conocía de antes por la película Calle Mayor. Ahora me da pena que no nos podemos quedar. No hemos encontrado hotel por el puente y, en lugar de quedarnos en la ciudad, nos instalamos en Navarrete.

- ¿Profesora y actriz a partes iguales?

-Mi vocación ha sido siempre la docencia, he sido profesora de bachillerato muchos años, exactamente 38. Toda mi vida. Yo creo que la capacidad de comunicación que adquirí en la aulas para una actriz es algo muy importante. Son profesiones complementarias, aunque para ambas cosas hay que servir. Uno no puede ser profesor si no tiene vocación. A mí eso me parece una barbaridad, ser profesor solo como posible salida de una carrera me parece absolutamente negativo. Y lo mismo pienso de la interpretación. Ser actor o actriz porque te gusta muchísimo no significa que sirvas para ello.

- ¿Lo dice porque conoce casos?

-Sí, es duro, pero lo veo. Conozco muchísimos casos. Me da pena porque se quejan de que no les vuelven a llamar, pero es que les falta vocación

- Herminia, el entrañable personaje de 'Cuéntame', le ha hecho muy popular. ¿Se considera la 'abuela de España'?

-Sí, se ha convertido ya en una especie de 'san benito' que me han colgado, ¡Qué le voy a hacer! Pero estoy muy contenta con este personaje, aunque también quiero demostrar que puedo hacer otras coas. No no solamente de la abuela de Cuéntame. Terminamos de grabar el 20 de diciembre y luego quién sabe lo que pasará.

- ¿Le molesta que le pregunten por la edad?

-En absoluto. En mayo cumplí 84 años.

- ¿El teatro le da vida? ¿De dónde le viene tanta vitalidad?

-Soy muy metódica, muy tranquila, duermo mucho, tengo una vida muy ordenada, no hablo nunca de enfermedades y no estoy pendiente de la salud. ¡Ah, y tengo muchas ganas de vivir!

- ¿Sabe lo que es el miedo escénico?

-No. Me encanta subirme a un escenario, no tengo absolutamente ningún tipo de nervios, no me afectan. Además, me gusta y me lo paso muy bien. Si hay alguien importante que me está viendo igual me puedo distraer algo, pero no por nervios.

- Llegan las elecciones... ¿Esto le pone nerviosa?

-Estoy más que harta, estoy ahíta. Ahora mismo prefiero poner cualquier cosa en televisión que el Telediario.