Qué precio tiene nuestra ética

Israel Elejalde, Irene Escolar, Francisco Reyes, Nao Albet y Óscar de la Fuente interpretan esta versión libre bajo el título 'Un enemigo del pueblo (Ágora)'. En ella, una compañía de artes escénicas recibe subvenciones públicas otorgadas por un partido político con ideales y acciones contrarias a su ética. Los miembros de la compañía deciden callar lo imprescindible para no perder las ayudas que dan viabilidad a su proyecto artístico. ¿Con qué fuerza moral suben después al escenario e intentan mostrarnos su visión del mundo? «A través de un juego metateatral, la obra nos invita a reflexionar sobre los límites de la libertad, el precio de nuestra ética y la validez de la opinión de la mayoría», señala Rigola.

El director catalán, del que en los últimos años se han visto en el Bretón versiones tan diferentes como 'Maridos y mujeres' (2013), de Woody Allen, y 'El público' (2016), de Lorca', también con Irene Escolar en esta última, se sirve en este caso del clásico de Ibsen para cuestionar la democracia. Si el dramaturgo noruego, uno de los autores más influyente en el teatro contemporáneo, traza en 'Un enemigo del pueblo' un discurso sobre el conflicto del individuo y la sociedad para denunciar la corrupción del poder y la manipulación, Rigola subraya que «lo interesante y lo que sigue suscitando polémica es la tesis de que el enemigo más peligroso de la razón y de la libertad es la opinión de la mayoría».

Rigola traslada este conflicto moral y de intereses a la sociedad contemporánea, pone en cuestión la libertad real y de voto de los ciudadanos, al tiempo que plantea una defensa de la libertad de expresión, la duda y el derecho a discrepar sobre las verdades inamovibles.

El Pavón Teatro Kamikaze, Premio Nacional de Teatro 2017, es un proyecto coral capitaneado por Miguel del Arco y el propio Israel Elejalde en la dirección artística y con Aitor Tejada y Jordi Buxó en la gestión. Desde la sorprendente 'La función por hacer' a 'Tebas Land', pasando por 'Misántropo' o 'Hamlet', Elejalde y el resto de kamikazes han trabajado en el Bretón. Ahora regresan para (casi) clausurar el Festival de Teatro, que aún guarda para mañana un último concierto de fin de fiesta.