El Prado rinde homenaje a Ucrania con la dignidad de Torrijos

Así en el recorrido pictórico escogido por El Prado aparecen imágenes de 'La nevada' o 'El invierno' (1786), un cuadro de Francisco de Goya que forma parte de la serie de cartones para tapices que representaban las estaciones; varios retratos de Tiziano (siglo XVI); 'El fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga' (1888), la conmovedora obra de Antonio Gisbert, todo un icono de la lucha por la libertad; y acaba con 'El paso de la laguna Estigia' (1520), quizá la obra más famosa del pintor flamenco Joachim Patinir.

Y mientras se suceden las imágenes suena de fondo el Concierto para violonchelo de Edward Elgar (1919), una pieza que fue completada después del armisticio de la Primera Guerra Mundial. El compositor estaba profundamente conmocionado por la guerra y enfermo. «Estoy más solo y soy más presa de las circunstancias que nunca antes«, dijo. »Todo lo bueno y agradable y limpio y fresco y dulce está lejos, para nunca volver.« Y ese lamento se refleja en el Concierto para violonchelo como posiblemente en ninguna otra de sus piezas.