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Izaskun Errazti
Sábado, 15 de julio 2023, 13:30
Dice que no es polémico. Sólo «libre». Quizás por eso hace unas semanas se vio metido en otra rueda de dimes y diretes, esta vez por un comentario sobre Pilar Lima, la candidata de Podemos a la Alcaldía de Valencia. Fue en 'El Hormiguero', el ... programa del que Miguel Lago (Vigo, 1981) es colaborador habitual. Pero pudo haber sido en 'Y ahora Sonsoles', donde el cómico aparece a diario sin que sus comentarios pasen inadvertidos. ¿Por qué? «Porque no tengo carné y puedo decir lo quiera, aunque a alguno no le entre. Esa es la grandeza de la democracia», explica Lago, que recorre España con un espectáculo resumen de sus más de dos décadas sobre los escenarios. Y todo ello sin restar atención a la familia, su verdadera pasión, en torno a la que planifica toda la semana.
07.30 horas. Con cuatro hijos, dos perros y una gata no te puedes levantar más tarde. A las 07.45 como mucho. Entonces Laura, mi mujer, y yo empezamos el reparto de las tareas. Por ejemplo, ella viste a los pequeños. Y mientras yo me preparo, los mayores, que tienen 15 y 12 años, se van haciendo su desayuno.
08.15 horas. Empieza mi jornada de taxista. Voy por tandas, porque mis hijos van a colegios distintos. El reparto me lleva hasta las nueve, que es cuando vuelvo a casa y le preparo el desayuno a mi mujer, una costumbre que llevo haciendo desde que nos casamos. Desayunamos leyendo la prensa del día. Es nuestro momento.
10.30 horas. Dedico un rato de la mañana a abrir directo en Twitter y al resto de cosas que tengo que hacer: preparar 'El Hormiguero', el programa de Sonsoles, las funciones previstas para la semana... Aunque después de 20 años de carrera nunca tengo claro qué función voy a hacer. Y cuando me subo a un escenario nunca miro el reloj. En este tiempo he seguido un camino ascendente, siempre con el público de la mano. Es un camino en el que voy buscando mi lugar, mi voz, y cada vez estoy más cerca de él. Sobre todo ahora, que soy muy reconocible. Después de investigarme creo que he encontrado el camino a seguir.
13.00 horas. Voy a recoger a mis hijos al colegio y les preparo algo de comer, porque de la comida me encargo yo, y soy buen cocinero, por qué no decirlo. También voy al súper, me encargo de repostar en las gasolineras... Ese tipo de tareas me tocan a mí, aunque lo tenemos todo bien organizado. También hay momentos para mí, me gusta andar y tengo que recuperar el fútbol.
22.00 horas. Me flipan las series de detectives, cosas como 'El mentalista'. Para sentarme a ver la tele dame una serie de esas.
11.30 horas. A diario preparo mis colaboraciones para televisión. La del programa de Sonsoles me puede llevar una media hora o 45 minutos, porque nos manda los temas y lo que hago es leer los enlaces de cada noticia para ponerme al día. La de 'El Hormiguero' me lleva más rato, porque son temas de mayor peso y, sobre todo, porque mi función es hacer comedia. Y hacer comedia en esa mesa con ese nivel intelectual y periodístico... Sobre todo, y sin desmerecer a nadie, por la presencia de Rubén Amón, que es un erudito. Me tengo que preparar mucho el tema que se va a tratar para de ahí sacar una broma. Es a lo que me dedico. Soy licenciado en Filología, pero nunca he ejercido. Nunca he trabajado de nada que no sea humorista y espero terminar así. Hace poco tuve que pedir mi vida laboral y, la verdad, me llenó de orgullo leerla, porque pone que llevo 25 años y tres meses acumulados y cotizados en el régimen de artistas y toreros. Ya soy un humorista profesional.
20.30 horas. Mis hijos han vuelto de sus actividades de tarde, los que van a baile, los que hacen deporte... Y es hora de cenar. Hay que cenar pronto para que a las diez de la noche desaparezcan todos. Y ya es cuando Laura y yo nos queremos morir y hemos terminado el día. A las doce estamos en la cama, que mañana hay que volver a madrugar.
18.00 horas. Los jueves por la tarde suelo estar libre. Entonces nos llevamos a los niños a merendar, o al parque si hace buen tiempo, o salimos a la montaña. Y procuro que los domingos sean sagrados para hacer lo que ellos quieran.
10.00 horas. No hay horas suficientes para la Fundación Miguel Lago, otro proyecto familiar en el que hemos invertido una parte importante de nuestro patrimonio y que nos lleva todo el tiempo. El objetivo es ayudar a niños en situación de orfandad y pobreza en la República Dominicana. Ya ha pasado un año desde que, después de pasar cuatro meses en aquel país, nos entregaron a Robinson y completamos la familia. Yo quería que mis otros tres hijos fueran conscientes de los orígenes de su hermano, de la situación dramática de los huérfanos dominicanos y, sabiendo que probablemente no podamos adoptar más, pusimos en marcha la Fundación para ayudar a todos los que podamos. Aquí en España apretamos contra la violencia escolar. Lo que más me llena es ver cómo mis hijos y, sobre todo mi mujer, están haciendo cosas sin que trascienda. Eso es muy bonito.
19.00 horas. Los sábados tengo función. Me preparo. El público no sólo no me ha dejado, sino que ha ido aumentando de manera exponencial. No me preocupa llenar. Los artistas cometemos el error enorme de pensar que o llenas o has fracasado, y eso es un absurdo. Si tú en un aforo de mil localidades haces medio aforo eso significa que has sacado a 500 personas de su casa. Y eso está muy bien. La dictadura de las entradas agotadas es algo que hay que coger con pinzas. Habrá días mejores y peores, pero yo siempre saldré al escenario a dar lo mejor de mí.
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