La poderosa verdad de Urdiales en Madrid

Serio fue el inicio de faena con la muleta doblándose por bajo y con algunos pases por alto en los que protestó algo el toro. Qué bien le cogió el ritmo Urdiales por el pitón derecho, por el que comenzó acometiendo con brusquedad. El toro mostró en la segunda tanda ya sus teclas, embistiendo con violencia, acortando distancias y sorprendiendo en ocasiones. En el toreo al natural el toro cantó pronto, desentendiéndose de los engaños y buscando cobijo en tablas. Entre las dos líneas trató Urdiales de sacarle naturales sueltos, de gran trazo consiguió algunos. Se fue detrás de la espada que cayó en todo lo alto. Tardó en doblar el toro.

Muy humano fue su segundo brindis. Sentido recuerdo a los compañeros que han pagado con sangre su paso por este San Isidro. Bonito de capa fue el cuarto, sardo, que siguió la muleta con garbo desde el inicio. Muchas teclas tenía el toro. Mayor intensidad cogió la segunda tanda por el derecho, en la que tragó Urdiales mucho, por los inciertos andares del animal. Fue a más la profundidad de la embestida, a la vez que se mostraban más las complicaciones. Al natural perdió fuelle la faena. Se cruzó de nuevo por el derecho y con torería le corrió la mano a media altura con una hondura enorme, andándole con maestría, buscándole el sitio con inteligencia, entregándose con la verdad que pellizca en el estómago. Poderoso Urdiales con este toro. Hasta la bola entró el acero, que fue fulminante. Oreja con importante petición de la segunda. Cumbre. Diego es uno de esos toreros que nos recuerda que la verdad en el toreo llena.

Más incómodo fue el segundo de la tarde, que le tocó en suerte a Manzanares. Le cogió el pulso por el pitón derecho en la primera tanda, tirando mucho de él porque se quedaba corto. Fue puliéndole defectos al encastado toro de Victoriano, que embistió con genio y prontitud. Con técnica logró armarle faena. Cogió intensidad al natural, aunque la brusquedad de la embestida y el corto recorrido que tenía en ocasiones deslucía las series. Se tiró a recibir, dejando media estocada al segundo intento. En el cuarto, apenas tuvo opciones, ante un toro al que le faltó fuerza. Mató con eficacia.

Se vivieron momento angustiosos en el tercero. El caballo perdió los pies en el momento de la arrancada y expuso al picador a la violenta embestida del toro. Después, en banderillas, 'Viruta' perdió el equilibrio y cayó al suelo. Sensacional lidia de José Chacón. Y por último, en la recta final de una faena en la que Roca Rey insistió en sacar agua de un pozo vacío, se quedó corto el animal en el trazo y desde el tobillo, porque humillaba, le coló el pitón lanzándolo por los aires. Esta faena se la brindó a Mario Vargas Llosa. Acortando distancias embistió el animal, pero quedándose corto y revolviéndose en ocasiones. En el cierre, tiró de valor y pisó terrenos complicados en las cercanías. Mató de una estocada. Se echó de rodillas en el centro del ruedo para recibir con la muleta al que cerraba plaza. Inconmensurable comienzo de faena cambiando el viaje por la espalda. Tuvo movilidad el toro, trató de armarle faena, pero la tarde ya tenía triunfador, y ese ha sido Urdiales.