No es la primera vez que Manuel Romero aborda el cómic. Hace un par de años hizo 'Los perros de Auschwitz', una historia corta recreada en un campo de concentración. 'Goya. Saturnalia', sin embargo, es una novela gráfica de considerable dimensión.
– Era complicado abordar un guión tan largo en el tiempo porque yo estoy acostumbrado a las historias cortas para publicidad, que hago en un par de días, y esto implicaba un par de años. Pero dije que sí porque para mí Goya es un pintor fundamental y siempre he tenido interés en él. Me pareció una propuesta muy interesante, sobre todo porque me dejaron absoluta libertad para trabajar.
– Y como no tenía poco con este 'Goya. Saturnalia', lo ha compaginado con otro cómic.
– Sí, he estado trabajando dos años en este cómic y en otro de terror, 'Entre el cielo y la tierra', que sale al mercado el mes que viene. Ha sido un palizón...
– Y un método de trabajo completamente diferente a lo que estaba acostumbrado.
– Este mundo del cómic funciona muy raro. Los guionistas no presentan un guion terminado a la editorial porque se paga muy poco y mal, sino que ofrecen una especie de sipnosis y, si el editor da el visto bueno, pasa un contrato y se desarrolla el trabajo. Cuando acepté no sabía cómo funcionaba y de repente me llegaba un capítulo de 20 páginas, luego otro de otras veinte, las cien páginas iniciales se ampliaron a 120... No sabía cómo iba a evolucionar; trabajas con la sensación de que no sabes ni como funciona ni como acaba. Ahora estoy con muchas ganas de ver su evolución en el mercado.
– Profesionales que lo han ojeado hablan muy bien de él.
– Sí, de hecho creo que lo vamos a presentar en el Museo Goya de Zaragoza. También en el Salón del Cómic de Barcelona, a donde creo que podré escaparme para firmar libros y darme a conocer un poco.
– ¿El cómic es un género suficientemente reconocido?
– Creo que no, se considera algo de gente joven, de frikis. Cuando veo cómics en las tiendas compruebo que la portada está muy bien elaborada pero en el contenido no hay tanta calidad, sino que se tiende a resolver de una manera mucho más ligera. Yo me planteo hacer una portada de calidad y un contenido a la altura de la portada; me planteo cada viñeta como un cuadro, y eso supone mucho más tiempo y trabajo. Pero le he cogido el ritmo y bien.
– El planteamiento narrativo de 'Goya. Saturnalia' es muy novedoso. Incluye imágenes fijas segmentadas en viñetas.
– Ese planteamiento viene de parte de Manuel Gutiérrez, que es graduado en Bellas Artes y está haciendo una tesis sobre la comunicación visual secuencial. Hay imágenes a toda página que luego se van fragmentando y cada elemento suelto son pequeños cuadros abstractos, pero juntas conforman un todo. La verdad es que me pareció muy interesante. Pero el contenido lo he hecho yo libremente, aunque la disposición de ese contenido me la marcaba él.
– Tras esta experiencia, ¿baraja abrirse al mundo del cómic?
– Alguna propuesta me han hecho, pero prefiero ver cómo funcionan estos cómics y la rentabilidad que me suponen, porque es un mercado que maltrata muchísimo al autor. Por otra parte, a mi edad tampoco tengo ganas de presión y me vendría bien dedicarme exclusivamente al cómic, que deja un margen amplio para trabajar. Lo único que pido es que la retribución sea digna. Así que si tengo una buena oferta o un proyecto que me ilusione mucho como el de Goya, lo haría, pero de momento prefiero descansar.
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