Una placa en París rinde homenaje a Juan Goytisolo

El embajador español consideró que esta placa era «absolutamente necesaria aquí en París». «Si hay un escritor parisino español, ese es Juan Goytisolo», explicó Albares.

Goytisolo, premio Cervantes 2014, se exilió en París en 1956. El intelectual catalán y Monique Lange se conocieron en la prestigiosa editorial Gallimard, donde ella trabajaba entonces como editora y Goytisolo como asesor literario.

«No se entendería la literatura española y en español, también la de América Latina, en Francia, como se entiende hoy en día, sin la labor de Juan Goytisolo en Gallimard y de Monique Lange. Ellos dan una visión del mundo literario español y en español de América Latina», explicó el embajador.

«Su apartamento era una especie de salón cultural, un salón literario como en los viejos tiempos, pero versión siglo XX», recuerda Leibowitz, autora de «33 rue Poissonnière. Los años Goytisolo», un pequeño libro editado por la embajada de España en París, en el que cuenta cómo era la vida en los años 60 en este edificio parisino del que Monique Lange era copropietaria junto a su tío.

Por su «apartamento bohemio» desfilaban «una pléyade de artistas, escritores y militantes antifascistas», cuenta Leibowitz, que todavía vive en el inmueble. «Los habituales: Jorge Semprún, Claude Sautet, Jean Genet o Fernando Claudín, miembro del comité central del Partido Comunista español», recuerda. Eran los «cuatro pilares de un mundo de amigos» que se enriquecía cada noche con escritores e intelectuales de paso procedentes de Cuba, América Latina u otros países europeos.

Leibowitz recuerda haber visto pasar por el apartamento de Lange y el «hidalgo» Goytisolo a un joven Mario Vargas Llosa, «siempre acompañado de alguna prima», a Carlos Franqui, compañero de armas de Fidel Castro, a Italo Calvino y al editor catalán Carlos Barral, entre otros.

Goytisolo y Lange se casaron en 1978, años después de que el escritor le confesara que era homosexual. Tras la muerte de su esposa en 1996, Goytisolo abandonó el bullicio literario de París y se instaló definitivamente en Marrakech (Marruecos), donde falleció en junio de 2017.