La Compañía Sara Calero abrirá esta tarde, con el espectáculo 'Petisa Loca', la programación del ciclo Jueves Flamencos, y lo hará en su edición más especial, la de su 25 aniversario, que servirá, a su vez, para homenajear al desaparecido cantaor sevillano José Menese. Inspirado ... en todos aquellos que dejan su lugar de origen en busca de un futuro mejor, con la maleta cargada de esperanza, la artista madrileña Sara Calero (directora musical y cantaora), reconstruye la vida de una mujer que abandona un mundo de obligaciones impuestas por su origen para ir abriendo su propio camino de libertad. Una creación coreográfica de la propia artista que llega esta tarde al Teatro Bretón (20 horas) precedida por una crítica rendida a su «delicada y emocionante actuación». Pero esta no será una actuación más para esta joven, pero consagrada artista madrileña. Y lo quiere dejar claro nada más empezar la entrevista.
–¿Por qué la de hoy es una actuación muy especial para usted?
–Acostumbro a visitar los teatros y el Bretón me gusta particularmente. Había venido como espectadora, pero tenía muchas ganas de actuar en este escenario desde que comencé en solitario con la compañía. Logroño es, además, una ciudad que quiero mucho y en la que tengo grandes amigos.
–La historia que usted relata bailando está ambientada en la Guerra Civil. Un tema clásico del cine, pero no tanto del teatro...
–Sí, es verdad. En la danza española se vienen contando historias de otro tipo. No ha sido intencionadamente, sino que simplemente es algo que va unido a mi búsqueda personal y a querer contar historias que a mí me conmueven.
–¿En quién se ha inspirado?
–En mi abuelo paterno, que emigró a Argentina. Me contaba muchas historias que a mí me gustaba grabar. 'Petisa Loca' es el nombre con el que él me apodaba cuando era pequeña. Allí es un término cariñoso para decir 'pequeña loca', es algo entrañable, familiar... Al final, la historia es una fantasía, porque la danza es más evocadora que descriptiva. Para mí, aquellos años han sido inspiradores, pero no pretendo contar nada de forma literal, sino que el espectador reciba un reflejo de sensaciones cuando se le cuente, a través del baile, la historia de la vida de alguien que tiene que salir de un lugar porque no está a gusto ahí, porque se ve forzado a su marcha, y las esperanzas que pone en un futuro que va a encontrar, aunque luego al final la realidad es más dura de lo que uno se imaginaba.
–Es también un trabajo dedicado a las mujeres de todas las épocas.
–Sí, mi abuelo, a pesar de su generación, era un hombre muy feminista, él decía que la humanidad seguía adelante gracias a las mujeres porque si fuera por los hombres, ya estaría destruida...
–Y para trazar esta historia cuenta con el tándem Gema Caballero (cantaora) y José Almarcha (guitarra).
–Son excelentes colaboradores. Son artistas con una carrera muy amplia y mucha experiencia. Gema estuvo conmigo en las conversaciones con mi abuelo y tengo que decir que fue idea de ella que hiciésemos este espectáculo y Almarcha ha compuesto toda la música expresamente para este espectáculo. Es una persona muy inquieta a la hora de buscar su propio sonido en la guitarra, además de una persona muy comprometida con las historias que quiere contar.
–Las críticas ya avisan. Hay que hacer esfuerzos para contener las lágrimas.
–Esto ha ocurrido, sobre todo, cuando hemos estado en el extranjero, por ejemplo, con españoles emigrantes que viven en Israel, Francia... Nos decían que se identificaban con la historia. Pero lo cierto es que el espectáculo no es nada triste, no hemos querido dar esa visión. Al revés. Tiene muchos momentos divertidos. 'Petisa Loca' es un canto a la ilusión y a la esperanza por encima de todo.
–El espectáculo comienza con versos de 'Explico algunas cosas', de Pablo Neruda. Una introducción que logra incorporar al espectador en la historia.
–Es un poema muy descriptivo de los bombardeos de Madrid. Un momento que, de no vivirlo, es difícil imaginarlo. Sigue siendo un tema actual. A día de hoy, hay muchos sitios que siguen viviendo algo muy similar. Él lo explica de una forma muy clara, sin caer en sentimentalismos. Le hemos puesto música electrónica del grupo 'The Lab', que contribuye a expresar la tragedia, la dureza de aquella existencia.
–Usted cuenta historias originales, no versiona...
–Sí, me interesa contar historias a mi forma. Historias que tengan que ver con algo que me conmueva. Por eso, a veces tardo en ponerme en marcha con otra producción, porque busco la historia adecuada y lo que realmente me aporte algo. Estuve cuatro años en el Ballet Nacional, de los 23 a los 27 años. Hice de todo, fui primera bailarina, cuerpo de baile.., Anteriormente, estuve en otras compañías, también en Suiza), pero al final fui buscando mi camino.
–¿Y la pandemia le sugiere algún espectáculo?
–No, no me resulta nada inspiradora y no me apetece contarlo, porque el teatro es un lugar de refugio y el hecho de recordarle al espectador lo que estamos pasando no me resulta muy agradable. Esta pandemia nos ha destruido a todos, aunque nosotros como somos pocos vamos saliendo adelante bastante bien.
–¿Ha sobrevivido al temporal de Madrid?
–Yo vivo en la sierra y ha sido muy complicado. Pero nada nos va a impedir estar en Logroño.