Era Logroño en el siglo XVI un activo centro comercial en la ruta que unía Castilla con los puertos vascos y Navarra, como escribe la historiadora Sara Bustos: «Su imbricación en las redes comerciales, conectadas a través de arrieros, permitió invertir en el negocio del ... vino el capital obtenido del comercio de lanas y tejidos, entre otros productos que nutrían las rutas castellanas hasta Flandes». Pero la brusca caída de la población urbana a causa de la peste de 1599 (alrededor de 1.395 muertos de sus 4.667 habitantes), así como el endeudamiento por culpa de la mala gestión y del fraude de las autoridades municipales, propició que a mediados del siglo XVII sufriera Logroño el fin de la prosperidad y el inicio de una crisis económica, que no remontaría hasta el siglo XIX.
¡Oferta 136 Aniversario!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.