«Los periodistas le hemos echado la culpa a todo menos a nosotros mismos»
David Jiménez | Exdirector de El Mundo ·
Jiménez presenta hoy en Logroño 'El director', que recoge el año convulso que estuvo al frente del diario El MundoDavid Jiménez | Exdirector de El Mundo ·
Jiménez presenta hoy en Logroño 'El director', que recoge el año convulso que estuvo al frente del diario El MundoUn día, aún no se sabe muy bien por qué, a David Jiménez, un reportero que llevaba 20 años en la corresponsalía de El Mundo en Asia, le ofrecieron dirigir el periódico madrileño. Duró un año. Jiménez presenta hoy en Logroño (Santos ... Ochoa, 19.30 horas) 'El director', la narración en primera persona de esos convulsos doce meses.
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- Leyendo su libro, unas veces tenía la sensación de estar ante una reflexión sobre el periodismo y otras ante un ajuste de cuentas. ¿Qué pesó más en su ánimo?
- Ajuste de cuentas en ningún caso. De hecho, esperé cierto tiempo desde mi salida de El Mundo para escribirlo porque quería hacer un libro sosegado, sin resentimiento. Yo le tengo mucho cariño a El Mundo, periódico en el que estuve veinte años y del que fui becario, corresponsal, reportero de guerra y director. Pero no podía dejar fuera del relato las partes negativas que hay en toda redacción. Los periodistas tendemos a romantizar nuestra profesión, pero en las redacciones también hay facciones, intrigas, rivalidades y un lado menos amable que normalmente se deja fuera y yo he querido incluir.
- Dice usted: «El poder había dejado de temer a la prensa y ahora era la prensa la que temía al poder». ¿Es reversible esa situación?
- Esa frase define muy bien lo que ha pasado. Es la frase de un periodista que se va de corresponsal y al regresar después de 18 años se da cuenta de eso. No solo de que la prensa teme al poder, sino de que depende de él para sobrevivir porque entre medias lo que ha ocurrido es una crisis gravísima, con despidos masivos en los medios. Ahí es donde el poder ve una oportunidad de apretar las tuercas de la prensa. También podría definirse como la derrota del periodismo. Para volver a ser respetados, lo primero es romper las ataduras económicas que nos hace depender muchas veces del poder político y económico. No dependemos tanto de la calidad del periodismo que hacemos como de los grandes acuerdos que reflejo en el libro.
david jiménez | exdirector de el mundo
- Esa crisis se ve agravada con un cambio brusco de modelo tecnológico. ¿Internet será la tumba o la salvación del periodismo?
- Los periodistas le hemos echado la culpa de la grave situación en la que estamos a todo el mundo menos a nosotros mismos. Que si internet, que si los lectores no quieren pagar, que si los poderes tratan de dominarnos... Pero nosotros fuimos muy lentos en adaptarnos a los cambios que supuso internet, hubo muchísimas resistencias en las redacciones (y todavía las hay), y cometimos el grave error de ver la tecnología como amenaza y no como oportunidad. Eso agravó la crisis. La prensa es una de las profesiones más conservadoras y más resistentes al cambio que existen.
- ¿La propia empresa es el principal enemigo del periodista?
- Hay un momento en el libro en el que, parafraseando a Vargas Llosa, me pregunto 'cuándo se jodió el periodismo'. Y respondo que fue el día en que los gestores empezaron a hacer de periodistas y los periodistas de gestores. El hecho de que los grandes capos de los medios ni sean periodistas ni entiendan la profesión ha hecho que nos hayamos desviado de nuestro propósito. Es muy legítimo que los empresarios quieran ganar dinero, pero nunca hay que olvidar que nosotros no fabricamos lavadoras, sino noticias. Y que nuestro trabajo es clave para que la gente tome decisiones razonables.
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- Pero en su libro también se critica que muchos medios no se atreven a llevar la contraria a sus lectores, a incomodar a su 'perfil tipo' de lector.
- El libro contiene también una carga de crítica a los lectores. Especialmente en un país de trincheras como España, en el que regresa con fuerza el sectarismo. Hay una audiencia que no acepta verdades incómodas o que contradigan su ideología. Nuestro trabajo consiste también en presentar a nuestros lectores noticias con las que quizá no estén de acuerdo. Pero hay poca tolerancia en los lectores españoles a aceptar informaciones que contradicen sus prejuicios.
DAVID JIMÉNEZ | EXDIRECTOR DE EL MUNDO
- ¿Es la vanidad la enfermedad profesional del periodista?
- Eso es de lo más grave. Nos ha faltado mucha humildad. Primero, para tocar la calle y estar al lado de los problemas de la gente. A veces los periodistas hemos vivido en un gueto que nos ha distanciado de los problemas de la gente. No nos vendría mal volver a poner los pies en la tierra.
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- Con todas sus taras y sus trabas, ¿siguen siendo necesarios los periódicos?
- Absolutamente. Solo hay que fijarse en quiénes se alegrarían más de su desaparición para comprobar lo necesarios que son. No es todo negativo, pero tenemos que empezar a hablar de lo que no va bien. La autocrítica es necesaria para mejorar.
- Hablando de autocrítica, ¿pecó usted de ingenuidad?
- Sí. Eso se transmite en las páginas de 'El Director'. Una ingenuidad provocada probablemente por los veinte años que llevaba fuera de España. Fui como un extraterrestre aterrizando en un nuevo planeta. Desde el principio sufrí el choque entre el idealismo periodístico del reportero y las dificultades que luego se encuentra en un gran centro de poder como el despacho del director de 'El Mundo'.
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