Un paso al frente

La película aborda con mucho tacto y sensibilidad la historia de amor de dos mujeres jubiladas, Nina (Barbara Sukowa) y Madeleine (Martine Chevallier), que se proponen salir del armario y marcharse a vivir tranquilas y gozosas a Italia. Un plan perfecto y maravilloso, de mucha valentía y audacia, que se resquebraja por la cobardía de Madeleine.

La ópera prima de Meneghetti nace de una conversación con sus colegas. En ella, un amigo le habló que conocía a dos señoras, vecinas de rellano, que se amaban y se veían continuamente sin levantar sospechas. De esta premisa, el realizador construye un argumento en torno a dos lesbianas de cierta edad dispuestas a visibilizar su relación.

Nina está soltera y es firme y tenaz. Tiene las ideas claras y siente que ha llegado el momento de dar un paso al frente. Madeleine, viuda y con una hija, consiente en cruzar la línea roja pero los prejuicios la hacen recular. Se desmorona el plan y surge la fricción y el malestar.

Madeleine queda expuesta a la rabiosa reprimenda de su amante. Se ve presionada y sufre un ataque cardiovascular. Queda postrada y confinada en casa. A partir de aquí el guion da un giro, sin perder la naturaleza orgánica de su discurso, y se decanta por subrayar el poso de amistad. El relato se torna más íntimo y sube en emoción. Se tensa por la furtividad con la que Nina invade a escondidas el domicilio de su amiga para estar con ella. Su cuidado alivia y reconforta, y Madeleine comienza a tenerlo claro.