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Aunque habrá que esperar hasta el 12 de marzo para asistir a su presentación en Librería Cerezo, el último ensayo del escritor, docente y multipremiado en certámenes de la región y fuera de ella, Luis Alfonso Iglesias Huelga, ya está en las librerías. Tras 'El ... mapa de la memoria', ahora llega 'La ética del paseante. Y otras razones para la esperanza', publicado por Editorial Alfabeto, obra en la que nos propone caminar y pasear «como una forma de avanzar hacia nosotros mismos, deambulando por cualquier lugar».
- Su libro incide en la falsedad, los populismos y reivindica la razón crítica. ¿Qué propone para los principales problemas actuales? Parafraseando el título, ¿hay razones para la esperanza?
- Deberíamos volver a preguntarnos por lo que importa, reivindicando aquello que nos humaniza, que nos une indefectiblemente como especie. La esperanza se teje con las manos de la memoria y el hilo del pensamiento. Lo que quizás deberíamos aclarar es qué queremos construir con elementos tan extraordinarios. El poeta Ángel González definió la esperanza como el quicio de una puerta de la casa que fue desarraigada de sus cimientos por los huracanes.
- Comienza con una reivindicación del paseante tranquilo.
- Hace unos días el pensador francés Gilles Lipovetsky afirmaba que vivimos en la cultura de la ansiedad. La imposibilidad de detener la mirada y ver al otro o lo otro genera inquietud y desconfianza en el porvenir. Ha crecido la ansiedad ante el futuro cuando se suponía que el progreso iba a liberarnos del temor y reforzarnos a la hora de afrontar el porvenir. En ese contexto, el paseo, la conversación o el silencio son subversivos porque nos ponen delante de nosotros mismos y nos permiten reconocernos en los demás.
- Hace una similitud entre pasear por la calles y por la historia.
- Nadie quiere vivir en el pasado pero no debemos olvidar que debemos vivir pensando en el pasado a la vez que miramos hacia el futuro. El paseo por la historia nos da una conciencia de futuro, a mi juicio insustituible. Cerrar los ojos y pensar cómo era esa calle hace cien años y cómo será dentro de otros cien es una forma de lucidez al alcance de todos.
- Usted es filósofo, pero en su libro hace constantes referencias a la ciencia, a la necesidad de divulgar la ciencia. La reclama, por ejemplo, para desarrollar el pensamiento crítico y combatir la irracionalidad.
- Solo aficionado. Filósofos son Platón, Aristóteles y otros muchos que están en la mente de todos. La filosofía y la ciencia surgen de la misma admirativa pregunta por el origen de la naturaleza. No en vano a los primeros filósofos les llamaron físicos. Debemos evitar maltratar a la ciencia porque dejar a la ciencia de lado es dejarnos a nosotros mismos. Esa absurda, innecesaria y, sobre todo, falsa división entre ciencias y letras ha hecho el daño que siempre hacen los compartimentos estancos: restarle eficacia al pensamiento crítico.
- Mantiene que, mientras la investigación rigurosa como la matemática no suscita interés, la astrología es siempre muy popular...
- La superstición y la seudociencia tienen un arraigo tal que resulta muy difícil desterrarlas del acervo cultural. Ya nuestros ilustrados afirmaban que la superstición contiene unos principios que solo sirven para formar hombres obedientes y culpabilizados. En concreto Blanco White defendía que la ignorancia mantiene a la superstición y la superstición a la ignorancia, y así seguiría de generación en generación. Afortunadamente hemos avanzado, pero aún los fenómenos paranormales convencen a un 23 % de los españoles y el horóscopo a un 15% .
- ¿El ensayo es un género olvidado? ¿Hay que leer más a Gasset?
- No, las librerías están llenas de ensayos. No solo a Ortega. Habría que leer más. Cervantes decía que el ver mucho y el leer mucho aviva el ingenio de los hombres. Y, en cuanto al ensayo, se define como un escrito, generalmente breve, constituido por pensamientos del autor sobre un tema. Algo que todos hacemos de una manera u otra.
- Es profesor de Filosofía, ¿cómo influye en sus alumnos?
- Trato de no influir, ya tienen sus 'influencers'. El riojano Manuel Bartolomé Cossío afirmaba que educar consistía en ayudar a contemplar puramente lo bello y perseguir el bien sin egoísmo. Un apasionante reto en la actual sociedad del espectáculo es poder formar parte de lo más preciado que puede tener cualquier sociedad: la educación.
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