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Filólogo y docente en su anterior faceta profesional, el consejero de Cultura, Turismo, Deporte y Juventud, José Luis Pérez Pastor, es un amante de la palabra en todas sus dimensiones y aboga por cultivarla como herramienta para que conseguir su máxima eficacia.
– Estas jornadas llevan por título 'El poder de la palabra', ¿en qué sentido es poderosa?
– En que la palabra puede hacer cosas por sí sola. Es lo que Austin llamó la 'teoría de actos del habla': cuando realizamos un acto de habla, estamos haciendo varias cosas a la vez. La primera es pronunciar una secuencia: 'Esto está soso'. Es un acto locutivo; el ilocutivo o de la intención es declarar que quiero sal, y luego está el acto perlocutivo: lograr que alguien me pase la sal o que alguien se ofenda porque ha dedicado toda la mañana a preparar ese plato. Cuanto más alineadas estén esas tres dimensiones, es decir, la secuencia adecuada de palabras, la intención y la acción que yo consigo, más estaré utilizando el lenguaje de una forma poderosa, que hace cosas.
– ¿Se puede entrenar o fortalecer esa función?
– Sí, fomentando el mejor conocimiento de esta magnífica herramienta que tenemos los seres humanos, que es el lenguaje natural que tiene una gran dosis de creatividad. Siendo conscientes de esas tres dimensiones: que decimos las palabras con una intención y que provocamos según qué reacciones en el destinatario. Manejando muy bien el léxico, los tonos, los contextos... para poder mejorar aspectos fundamentales en el mundo como, por ejemplo, la cortesía.
– ¿Cree que las nuevas generaciones ven ese poder intrínseco en la palabra?
– Los jóvenes están en camino de entender muchas cosas, ser joven es estar desarrollando la hipótesis de tu vida. Y están formándose continuamente en numerosos ámbitos, también en el lingüístico. Vivimos en un mundo de una comunicación continua e intensa y corremos el riesgo de caer en el ruido informativo, que difumina lo importante, y también de perder la capacidad crítica para interpretar los discursos de otros y entenderlos.
– Usted participa en una mesa redonda sobre los desafíos que afronta la juventud en la actualidad. ¿Son más los retos o las oportunidades?
– Decía Umberto Eco que ante la vida caben siempre dos posturas vitales: la de los apocalípticos y la de los integrados, es como el dilema del vaso medio lleno o medio vacío. A mí me gusta ser integrado y, además, no desconfiar de lo nuevo. Creo que lo nuevo nos sitúa siempre en un momento mejor que todo lo anterior. Las tecnologías de la información y la comunicación brindan más oportunidades que otra cosa: un joven con un mínimo interés ahora puede explorar desde su casa un montón de posibilidades que antes requerían muchísimos medios. Pero para eso hace falta un espíritu crítico, porque las fuentes de la información vienen turbias.
– ¿Ese papel lo puede aprovechar el español en el mundo tecnológico?
– Experiencias como Dialnet han demostrado que el español tiene un lugar en la red al más alto nivel científico. Además, antes de internet, ya teníamos el sustrato más adecuado para que el español tuviera un papel preponderante, que es ser el idioma oficial de veintitantos países geográficamente dispersos. Internet está escrita en inglés y en español.
–¿Puede contribuir la inteligencia artificial en ese despegue?
– La inteligencia artificial es algo que existe y depende del uso que se le dé. Es una herramienta muy sugerente, que brinda muchísimas posibilidades para automatizar procesos y desde luego también nos puede servir para reflexionar sobre cómo es nuestra relación con las máquinas. La inteligencia artificial no conlleva creatividad sino que ofrece una capacidad de proceso de trabajo muy rápido. Pero tira de un banco de datos ya hecho, ya creado. Por eso, hay que salvaguardar la capacidad creativa de las personas.
– Quizás el puntal de apoyo sea la educación.
– Totalmente. La educación tiene que relacionarse con la tecnología existente como siempre ha hecho. Hay que utilizar la tecnología de una forma no apocalíptica sino integrada, entendiendo el momento y el signo de los tiempos; y que es el uso el que marca la dosis. Por ejemplo, hubo un tiempo en que se saturó con las presentaciones de PowerPoint hasta el punto de que el propio presentador y sus palabras casi desaparecían.
– De ahí volvemos de nuevo al poder de la palabra.
– Hay que ser conscientes de todos los elementos que están involucrados en la comunicación humana. La base es la palabra, que es capaz de hacer cosas, de mover, de ser palanca para mover el mundo en pequeña o en gran escala.
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