Pako Campo viaja con Gaudí al siglo XXV

«Mi obra es una declaración de optimismo y un recordatorio de que, incluso en los tiempos más oscuros, la luz de la creatividad y la innovación puede guiarnos hacia un mañana más brillante», afirma el cenicerense Pako Campo, artista plástico que representa a La Rioja en ese evento con presencia de todas las comunidades españolas y las ciudades autónomas.

La exposición se inauguró el 27 de junio con un desfile de moda que mostró los diecinueve 'trajes-lienzo' o 'trajes-columna' previamente diseñados por Manuel Fernández, director del Fashion Art Institute, que finalmente fueron rematados por sendos artistas de todo el Estado.

La selección de participantes, entre algunos de los más destacados jóvenes artistas plásticos españoles, se hizo «tratando de favorecer y promover la diversidad cultural y de género» y «fomentar la cooperación e inclusión entre comunidades». Son ellos los que han terminado convirtiendo los diseños en «lienzos vivos».

La propuesta del riojano Pako Campo es 'Montjuik XXV', un vestido con técnica mixta que ofrece una visión futurista y propone viajar cuatro siglos de la mano de Gaudí. «La obra imagina un futuro en el que la humanidad, tras superar múltiples desafíos, ha resurgido y reconstruido sus ciudades desde las cenizas», explica el autor.

Concebida como «una forma de confluencia entre la historia, el futurismo y la técnica experimental», la pieza representa un edificio fantástico, una estilizada torre reconstruida sobre las ruinas del histórico Palacio de Montjuic. Precisamente, su presentación en la Caserna del Castell le añade «una resonancia histórica y emocional, convirtiendo esta exposición en una experiencia inmersiva e inolvidable» para él.

La técnica combina pintura acrílica y colores fluorescentes, creando «una dualidad visual impresionante». «El vestido, como lienzo, añade simbolismo al representar la capacidad de la humanidad para reinventarse y adaptarse en tiempos de adversidad».

«Durante el día, la obra revela detalles arquitectónicos vibrantes y texturas meticulosamente trabajadas, mientras que, en la oscuridad, el edificio brilla con una luz etérea que transforma la percepción del espectador».

Son efectos buscados con toda intención:«Esta representación no solo actúa como un puente entre el pasado y el futuro, sino también como un testimonio de la resiliencia humana y la capacidad para reinventarse en la adversidad. El vestido-edificio, en todo su esplendor futurista, brilla con una luminosidad que simboliza esperanza y renovación».

Pako Campo comenzó a pintar a los ocho años bajo la tutela del pintor hiperrealista Rafael Jiménez. Su carrera internacional despegó en 2014 cuando trabajó en Los Ángeles en el departamento de arte de varias películas, en el desarrollo corporativo de marcas y en la creación de eventos para el festival de Coachella. También colaboró con la NWO Art Gallery en Hollywood Boulevard.

Campo ha sido incluido en la lista de los treinta y cinco artistas contemporáneos más influyentes, según Art Market Magazine, y en la Gold List de la misma revista, que destaca a los artistas más prometedores y tiene una amplia distribución global, llegando a galerías, museos, universidades y coleccionistas.